How Ill Thy World Is Ordered

Apabullante. Incluso perjudicial para él. Porque mucha gente se ha bajado del barco de Daniel Romano al no poder seguir el nivel de lanzamientos que lleva el canadiense. Incluso su propia agencia de booking bromea con ellos ¿Lleva nueve discos este 2020? ¿Lleva diez? Lo cierto es que, si no me he descontado, este nuevo “How Ill Thy World Is Ordered” es el décimo del año, incluyendo el espléndido directo “OKAY WOW”. Porque esa es otra. Entre la decena de esos lanzamientos solo hay un directo y un disco de versiones, en este caso la reinterpretación completa del “Infidels” de Bob Dylan. Y aquí está la siguiente. Cierto es que Romano no es el primero en meterse en berenjenales de este tipo, aunque él lo hiciera sin anunciar. La respetable banda australiana King Gizzard And The Lizard Wizard por ejemplo, publicó cinco álbumes en 2017. Pero, y ya me perdonarán los fan de los aussies, creo que lo suyo era más sencillo. Su música, basada en la psicodelia, el desenfreno e incluso la improvisación da más “manga ancha”. Romano, por su parte, es un cancionista, y si no está la base, las canciones, mal vamos. Por ello voy a atribuirle más mérito al hecho ¡de que haya mantenido el nivel en todos y cada uno de estos diez discos!

Hablar del mérito que tiene que Daniel Romano haya lanzado una decena de álbumes en este 2020, todos de un nivel excelso, casi asusta. Algunos dirán que aún no ha hecho su obra maestra. Para mí lo fue “Modern Pressure” y eso hace que no me ruborice ponerlo ya al nivel de artistas como Bob Dylan o Neil Young. Toma órdago. Pero es que en este nuevo disco vuelve a demostrarlo. Canciones como “A Rat Without A Tale” o “A Secret Still To Betrayed” solo podían salir de su pluma y su guitarra, y cuando esa impresión te sobreviene es que estás ante algo muy especial. No tiene límites. Cojan ese cierre con “Amaretto And Coke” y analicen todo lo que se esconde en sus casi siete minutos. Convertido en un artista total ha traspasado límites de género, y también generacionales. Porque uno tiene la impresión de que su música es ya universal y que no tiene edad. Daniel Romano es un genio. Lo he dicho varias veces, pero debo insistir. Y, si no lo están, que les convenza su música.