Si Johnny Cash tuvo una hija que siguió sus pasos, porque no iba a tener Steve Earle una hermana que prosiga con sus andanzas. Del mismo modo que Rosanne Cash tuvo una carrera poco reconocida, en el caso de la pequeña Stacey no debería suceder lo mismo. Con un debut que pasó totalmente desapercibido ahora intenta redimirse con un disco que es un culto a la elegancia, a la clase y al buen gusto.
Ahora cuesta entender por qué no se ha prodigado más -la chica es ya una cuarentona-, pero como dicen los castizos: nunca es tarde si la dicha es buena. Con una versión del “Promise You Anything” -curiosamente lo más flojito del álbum- de su hermano mayor, la señorita Earle abre la veda, para cazar al vuelo el hipnotismo de Victoria Williams, la voz de Lauren Hoffman, el descaro de la primera Sheryl Crow -hace coros en “Kiss Her Tonight”-, el poso comercial de Shelby Lynne y parte del talento que debe brotar por las paredes de casa de los Earle. Más cantautora que artista country cuida con esmero el tratamiento de las acústicas para envolvernos con canciones que instan al buen rollo y al amor por la vida. No lo dudes, su familia es la que es, eso no lo puede cambiar, pero vale la pena, se apellide Earle o Johnson. Altamente recomendable.
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