Dan Peralbo i el Comboi

Solo en ocasiones, las primeras veces valen la pena. Que se lo pregunten si no a Dan Peralbo i El Comboi, que se estrenan en el mundo de los largos con un disco homónimo. “Dan Peralbo i El Comboi” (Montgrí, 2024) llega tras más de tres años de trabajo duro y cuatro EP’s para asentar la propuesta de una banda que se reafirma en el panorama musical catalán.

El álbum entero constituye un ejercicio hedonista, fruto de las largas noches de Barcelona y los tres años de furor que Dan Peralbo y sus colegas han gozado —y se han bebido— en la capital catalana. Así, el ocio vertebra la aventura arriesgada de un grupo de amigos que han decidido bailar del lado de un agonizante rock catalán en un panorama cada vez más comercial. Como ellos mismos dicen, con sus dos guitarras, un bajo, una batería y la voz desgarbada de Dan dotan a todas sus canciones de una potencia renovada, pero propia del power pop de los 70. Un sonido regalado de fuerza y sinceridad, acompañado por unas letras honestas en las que el ocio intercepta cualquier otro aspecto de la vida de la banda.

Gran parte de la culpa del resultado redondo de este trabajo la tienen los Cala Vento. La banda gironina fichó para su sello, Montgrí, a los de Torelló y han sido los encargados de producir “Dan Peralbo i El Comboi”. Como dice el mismo Dan, “las baterías calavientan” en cada tema y la esencia de ambos músicos es evidente en el disco. Parece que Aleix y Joan han comprendido a la perfección el estilo de Dan y su banda y han dejado marcado su paso por el álbum.

A lo largo de las once canciones que forman el disco también hay espacio para la ternura. “Mireia” es un tema que en su sonido esconde rastros del humor que resta seriedad a todo el trabajo de la banda, pero está grabado íntegramente a capela y crea un espacio íntimo en el que hablar de amor en petit comité. También sucede con “Avui m’he enamorat (una mica massa)”, que fue grabada en directo en el jardín de los Cala Vento y en la que juega un papel importantísimo Angelina: una señora que pasaba por allí y enterneció el corazón de los catalanes.

En definitiva, se trata de un ejercicio completo y lleno de matices que convierten la propuesta de Dan Peralbo i El Comboi en una interesantísima ventana de oportunidad en el panorama del rock catalán.