Una crítica habitual a la que están acostumbradas las bandas locales es la de su incapacidad para dotar de sabor propio una música de raíces anglosajonas. Por contra, aquellos que lo consiguen rara vez pinchan en hueso: Akauzazte llevan casi dos décadas dando muestra de ello. Sorprende cómo un proyecto a priori impenetrable tanto en lo musical (siempre girados hacia sí mismos en un siniestro desarrollo de lo industrial) como en lo discursivo (el empleo del euskera lo convierten en un hermoso jeroglífico) transmite de forma diáfana el estado de ánimo de tres tipos cuya creación no podría entenderse fuera de un espacio y tiempo muy concretos: Azkoitia, la Guipúzcoa presente, resultado del choque entre tradición rural y el inapelable avance de los tiempos, con la inevitable herida vasca al acecho. “Dan Danok” -impresionante presentación y dos formatos, compacto y DVD con sonido 5.1- nos acerca al trío en su definitivo momento de madurez: mesmerizantes, solemnes, angustiosos por momentos, convertidos ya en pieza angular de los sonidos de riesgo que se producen dentro y fuera de unas fronteras que Akauzazte dinamitan sin contemplaciones.
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