Desde que comenzase su andadura en la segunda mitad de los noventa al amparo del sello Sub Pop, Damien Jurado ha sabido mantenerse como autor ampliamente creativo que lanza, al menos, un nuevo trabajo cada dos años. En esta ocasión no han tenido que pasar ni doce meses para recibir la continuación de "The Horizon Just Laughed" (Secretly Canadian, 18), publicado en mayo de la pasada temporada.
Con el presente disco, el de Seattle recupera su faceta más desnuda apostillando un folk delicado y bello que en ocasiones deriva en pastoral. Son un total de diez composiciones sustentadas sobre la guitarra acústica del músico y, ante todo, sobre esa interpretación vocal que propicia la inesquivable conexión con las historias que contienen. Con Tim Buckley, Donovan y, sobre todo, Nick Drake como claros referentes, Damien Jurado completa un disco pausado y emocionante, que se aleja de referencias recientes protagonizadas por otro tipo de elementos. Atrás queda el ramalazo experimental de "Visions Of Us On The Land" (Secretly Canadian, 16), o los arreglos clásicos que remataban el mencionado "The Horizon Just Laughed" (Secretly Canadian, 18). Porque aquí prima una pureza creativa que sugiere la intención del firmante: ese halo de sentimiento dejado a su paso por cada canción no debe contaminarse con adornos. Entre otras cosas porque temas como el inicial “Lincoln”, “Throw Me Now Your Arms”, “Allocate”, el sentido “Newspaper Gown”, “Silver Ball” o la final “Hands On The Table” no reclaman retoques adicionales y suenan profundos, necesarios y creíbles con ese aspecto cuidado y sencillo. Un conjunto cálido, pensado para emocionar sobre el escenario de un bonito teatro y ante un respetuoso silencio del público.
Damien Jurado se ha convertido en un creador imprescindible, tan paulatina y discretamente que cuesta trabajo determinar en qué momento alcanzó dicho estatus. Y lo ha hecho luciendo una imagen normalizada y de tipo común, con su música como único valedor y al tiempo de probar una versatilidad estilística que nunca ha difuminado su propia personalidad. Otra muestra de lo coherente y valioso que resulta un trazado que ya suma catorce discos de estudio… y muy pocos desechables.
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