Da Souza tienen buena mano para crear estrofas y estribillos pegadizos, que no empalagosos. Da Souza saben bien cómo hacerlo. Sus guitarras son inocentes y poco cargadas, pero llenas de matices que suman a las letras, íntimas y a la vez abiertas al mundo. Pero lo más interesante de “Gran Salt Endavant” no son las melodías en si, sino la forma de maridar estas con las letras, creando una cadencia muy especial, aunque casi imperceptible. Por eso avanzamos a lo largo del álbum, como quien pasea con tranquilidad, observando los detalles de “Natures mortes”, sorprendiéndonos con “Primers segons” y perdiéndonos en “Vida artificial”. A partir de ahí, la melancolía invade el final del álbum, adentrándonos en un otoño de aires cálidos y llevándonos hasta el cierre más nostálgico que podría tener el álbum con “Tornar a la terra”.
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