Qué no se me enfaden los fans de Cut Copy –ojo, yo también soy uno de ellos- pero tanto "Zonoscope" (2011) como "Free Your Mind" (2013), a pesar de ser discos notables, no estuvieron a la altura del inspiradísimo "In Ghost Colours" (2008); obra maestra con la que los australianos reescribieron la historia del pop de guitarras y electrónico (allí estaban presentes ecos a la ELO, Stock, Aitken & Waterman, My Bloody Valentine o The Human League), y en la que crearon una paleta de sonidos propia que, partiendo de postulados indie, prestigiaba de nuevo la música comercial que antaño se podía escuchar en la radio. Esas dos continuaciones que citaba antes, fueron y serán siempre interesantes porque en ellas Cut Copy se atrevieron a salir de su zona de confort. ¿Cuál fue el problema? Pues que en esa operación perdieron parte de la frescura de su celebrado segundo esfuerzo, entrando casi en unas derivas progresivas que, en algunos casos, llevaban al aburrimiento (Zonoscope tenía una duración de ¡sesenta minutos!). De ahí que este "Haiku From Zero" sea de una importancia vital en su currículim: aquí Cut Copy recuperan la efervescencia y las dianas pop de "In Ghost Colours".
Vayamos al grano, "Haiku From Zero" es uno de los mejores discos de pop que vas a escuchar este año. En solo cuarenta y un minutos -¡viva la economía narrativa en la música!-, Dan Whitford y cía. entregan una colección de hits que irradian una clase, en su acabado y ejecución, al alcance pocos. Y es que los de Melbourne son capaces de obrar el milagro de incluir guiños a sus héroes (aquí se cita a Chic, New Order y Dead Or Alive, entre otros) sin perder personalidad por el camino; un poco lo que pasaba también en I"In Ghost Colours". De ahí que en su quinto disco de estudio haya canciones cien por cien ADN Cut Copy: las percusiones tropicales y el ritmo sostenido de "Standing In The Middle Of The Field", el pop electrónico y líquido de "Living Upside Down", el house peleón de "Memories We Share" (una de las canciones más bailables de su carrera), o las guitarras cristalinas y el estribillo ganador de "No Fixed Destination" Bienvenido a casa nuevo, chicos.
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