Empecemos por el final: “Aquí tengo tu puente”, el tema que cierra el tercer disco de Cuello, es una tonada de aire flamenco a base de palmas y guitarra. Una inesperada sorpresa para un grupo al que siempre se suele despachar hablando de la velocidad de crucero de sus canciones, pero que tiene bastante más que ofrecer.
Por supuesto, esa faceta sigue presente en “Trae tu cara”, que vuelve a arrancar como un meteoro, esta vez enriquecido con otra novedad destacable: Un soberbio trabajo en los coros, que potencia aún más el componente pop del repertorio, siempre reivindicado por Jose Guerrero, un compositor en estado de gracia permanente. A diferencia de muchas bandas actuales con un pie en el indie-rock de los noventa, Cuello trazan una línea que quizá parta de aquella escena, pero desemboca con rotundidad en el presente. Un ejemplo a seguir.
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