Reinventarse o morir, esa es la premisa. Pero a veces se puede pecar de exceso en el camino. Por eso, volver a lo natural, a uno mismo puede resultar tan liberador y refrescante. Back to basics. Eso es exactamente lo que ha hecho Crystal Murray en su disco debut "Sad Lovers And Giants". Después de un par de EPs y distintos proyectos que la han llevado a girar por todo el mundo, ha colgado su voluminosa peluca roja para mostrar su cara más sincera. Un disco que es 100% ella misma, con sus contradicciones, recovecos y mezclas que parecen algo dispares sobre la mesa, però al sonar resultan adictivas.
En 11 cortes de lo que podríamos clasificarlos como pop alternativo, nos presenta un cuento para adultos. Un universo cercano a lo mágico como lo pueden ser los últimos trabajos de L’Rain o Fever Ray. En él retrata su camino en los inicios de la adultez como mujer negra de una generación que ella misma califica de tóxica. Y aunque su presentación fue a través de la rabia, con "PAYBACK", en la que exige lo que es suyo, con sonidos prácticamente tribales y crudos, el álbum mantiene en su mayoría una aura onírica que nos balancea por dulces melodías soul y r&b. Su mayor virtud es en muchas ocasiones su voz, que trabaja como si fuera un instrumento más añadiendoles distintas texturas a las emociones de su historia. Sin olvidar la genialidad que resultan los riffs de guitarras eléctricas muy vibrantes insertados para marcar las canciones con una descarga de energía que refuerzan que uno puede sentir ira y dulzura al mismo tiempo, y no pasa nada.
Destacan temas divertidos e ingeniosos como "Dickstraction", "Frenzymess" o "STARMANIAK". O el cierre a modo de oda al pop de las grandes estrellas del amor tóxico como lo son Rihanna o Lana del Rey.
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