Amnesty (I)

El regreso de Crystal Castles con “”Amnesty (I)” supone un ejercicio de reafirmación en un sonido completamente característico al que nos tienen acostumbrados desde su primer trabajo. Es curioso ver cómo este cuarto disco es tan estilo “Crystal Castles” siendo a su vez el menos “Crystal Castles” y es que la marcha de Alice Glass podía haber augurado el fin de la banda, pero no ha sido así. Ethan Kath ha sabido continuar con su labor de creador y ha salido victorioso al aliarse con una solvente Edith Frances, que nos hace sentir culpables por no echar en falta a la icónica señorita Glass. Quizás sea por la despersonalización que las distorsiones aplicaban a su voz, quizás sea porque la voz de Edith, aunque resulte más delicada que la de Alice, son muy similares, pero lo cierto es que tendremos que esperar a sus directos para ver si echamos en falta o no a la antigua formación. “Am-nesty (I)” se mueve entre una dualidad de temas lentos y oscuros, para después revolverse y soltarte una bofetada en forma de trallazo al estilo de “Fleece” o “Enth”. Cabe destacar el majestuoso comienzo de “Femen”, la hipnótica de “Sadist”, o la atmósfera de “Chloroform” en las que parecen olvidar esas reminiscencias al mundo de los videojuegos, sin renunciar a soni-dos marcianos y distorsionados hasta la médula. “Teach her how to hunt” se presenta como uno de los cortes más experimentales, mientras que “Concrete” se alza con un estribillo pegadizo y potente. La dulzura de “Their Kindness is charade” cierra un álbum correcto, que posiblemente sirve de bisagra para superar una ruptura que “Amnesty (I)” ha situado como poco o nada traumática. Por cierto, la versión física del álbum viene acompañada de un bonus track “Kept” una píldora dulce y bailona que aterrizará en más de un set list nocturno.

Por lo pronto Crystal Castles resisten con una propuesta poco refrescante, pero que posiblemente necesite de una actualización a corto plazo, hasta la modernidad puede ahogarse dentro de sí misma.