Me muevo con DIos

El de Cruz Cafuné es uno de los proyectos más sólidos del país. Independiente, asociado a MÉCÈN, la agencia-sello responsable del éxito de Rels B, es uno de esos artistas casi infirmables por ningún sello. No necesita asociarse con nadie  sin poner un dinero encima de la mesa, para el que necesitaría números de superestrella mundial en ciernes. Unos números que no tiene, a pesar de tener en su haber el récord de artista nacional con más semanas en el número 1 del país, gracias a ‘Contando Lunares’ y el remix de ‘Cayó la noche’ que empujó a Quevedo al estrellato. Paradójico y especial el caso de un Cruz Cafuné que ha firmado con ‘Me Muevo Con Dios’ uno de los trabajos del año en la escena urbana española, incontestablemente.

El esfuerzo de Cruz Cafuné, cuya última referencia de larga duración fue ‘Moonlight922’, que data de principios de 2020, de aquel mundo prepandemia, cuenta con el respaldo suficiente en fans y en números (prácticamente ninguna de sus canciones cuenta con menos de un millón de reproducciones en Spotify y firma soldouts como churros en salas de prestigio, como el Palacio de Vistalegre) ha podido permitirse más de tres años de trabajo en el estudio, rara avis en una sociedad musical ultra aecelerada donde las novedades duran una semana y las curvas de consumo caen a partir del medio mes. El resultado es apabullante por su extensión, genial en su concepción y brillante en su ejecución: el tipo de álbum que consagra a un artista no desde los récords y los charteos de singles, sino desde la profundidad y el arraigo de un público que bebe de los códigos y las narrativas que concibe Cruzzi como de una fuente después correr una maratón.

Para ‘Me Muevo Con Dios’ Cruz Cafuné se ha rodeado de los habituales de MÉCÈN en la producción (El Secreto, Gese da O, Lex Luthorz, Choclock,,…) y de una combinación de jóvenes brillantes como Hoke, Leïti o LaBlackie; estrellas internacionales como Miky Woods y (¡ojo!) Westside Gunn y parte de los referentes del género en su Canarias natal como Quevedo y La Pantera. El resultado son 76 minutos de un repaso de autor a las vertientes más importantes del universo hip hop y sus derivados: del R&B al rap, pasando por el reggaeton y el spoken word. La nueva vertiente electrónica aparece tanto en alguno de los adelantos como ‘4 PREZ’ como en ‘Movezz en silencio’, donde rinde un homenaje explícito al ‘Honestly Nevermind’ de Drake. La estrella canadiense es una de las grandes referencias de un Cruz Cafuné que destaca precisamente por ser el único artista español capaz de reflejar las inclinaciones y los motivos del sonido que ha convertido a Drake y al sonido Toronto en los grandes triunfadores del hiphop en la segunda década del siglo XXI.-

Sin embargo, tanto ‘Me Muevo Con Dios’ como el propio Cruz Cafuné destacan por ser verso libre más que por ser acotaciones a otros textos. El talento del canario para encontrar un enfoque único y personal a la hora de hacer canciones es una de sus grandes bazas a la hora de desgranar un imaginario donde la noche, el lujo bien entendido, las drogas y la velocidad, son igual de importantes que la autenticidad, Dios, la familia o los valores. Si miramos con lupa el motivo del amor en la obra de Cruz Cafuné, y concretamente en este álbum, destaca profundamente por la honestidad y el hiperrealismo con el que habla de él. No hay, al contrario de lo que sucede en la mayoría de aristas, una mirada idealista sobre el amor y la pasión; y tampoco un despliegue circense de referencias a la lujuria, sino una profunda capacidad de análisis (lo que en literatura podríamos llamar una mirada) y de escritura (lo que en literatura podríamos llamar una voz), que toca el día a día, y el noche a noche, de muchos nacidos en los 90, esa generación maldita en busca de respuestas, que ha encontrado en las canciones de Cruz Cafuné más preguntas, pero preguntas mejores.

Ha pasado mucho tiempo desde que el canario irrumpió en el bajo mainstream nacional con ‘Mi Casa’. Poco a poco, ha sabido desprenderse de lo innecesario, pero sobre todo, ha sabido absorber lo vital para crear un estilo único que viene de dentro y que con ‘Me Muevo Con Dios’ alcanza su máxima expresión hasta la fecha.