Deseaba con fervor que el esperado reencuentro Almond/Ball alumbrara un “Non-Stop Erotic Cabaret” de madurez. Pero ambos han visto demasiado mundo y jamás alcanzarán de nuevo tan distanciada comprensión del lado sórdido de la vida. Si no más, son aún banda señera de un estilo efectista y dramatizado de entender el pop. Las bases de David se han endurecido, mutando el impacto en el alma por el golpe en la cabeza y los pies. Incluso a ratos pasan un par de bombos sobre la línea que delimita la EBM. Pero, cuando Almond canta, uno sabe que Soft Cell siempre estarán ahí.
Sus temas no han perdido personalidad. Sí convencimiento: apenas las preciosas “The Night” y “Last Chance” resistirían un mano a mano con las joyas del pasado. Y lo acabarían perdiendo. ¿Es eso malo? Pues tampoco del todo, para quien quiera descubrirlos hoy. Esos dos temas desprenden pura savia Soft Cell, mientras que el disco en general mantiene la electro-viscosidad que les es propia y la combinación del poder de Ball, con el uso de instrumentos analógicos, no permite considerarlo un disco menor, aunque sí lo sea alguna obviedad sobrera como “Sensation Nation”. Por suerte, ganaron su lugar en la historia hace muchísimo tiempo.
Un disco muy bueno, mejor que la carrera de solista de Almond, donde, a mi gusto solo se salva un disco: Tenement symphony. Saludos.