Hace un par de años Sharon Van Etten decía en una entrevista que "es bueno mantenerse alerta y probar cosas nuevas a medida que uno envejece" y su nuevo disco es la confirmación de que no mentía. No es que Van Etten se haya quedado siempre quieta, es evidente que una vez que llegó a la perfección de su fórmula de ese indie rock confesional de sus primeros discos con "Are We There" (14), decidió ir incorporando nuevos elementos sintéticos y electrónicos poco a poco en su música, como prueban "Remind Me Tomorrow" (19) y "We've Been Going About This All Wrong" (22) pero lo que acaba de hacer con su nuevo disco, "Sharon Van Etten & The Attachment Theory", en la que le acompaña una banda, es pisar nuevo terreno para alguien que es vista principalmente como una cantautora. Aquí asume riesgos, amplía su música, añade nuevas capas y nuevos estilos.
Ya nos podíamos haber hecho una idea cuando cogió su canción más famosa el año pasado, "Every Time the Sun Comes Up" y la transformó junto a esa banda que la acompaña en este disco y está compuesta por Teeny Lieberson (de la banda TEEN), que aquí toca múltiples instrumentos, incluidos sintetizadores, el bajista Devra Hoff, y Jorge Balbi, a la batería. Los dos últimos eran miembros de la banda de la última gira de Van Etten y fue con ellos con los que empezó a hacer jams aburrida de tocar lo mismo de siempre.
Así surgió este disco, con Van Etten encerrándose con la banda a tocar hasta que surgieran las canciones, aun así, a pesar del nuevo manto sonoro ella sigue controlando todo y su voz sigue siendo el elemento principal de la mezcla. Eso sí, las guitarras dejan paso a los sintetizadores y las influencias de Fiona Apple o Lucinda Williams se cambian por Depeche Mode o Siouxsie. Hasta cuando suena una guitarra, como la hace al principio de "Idiot Box", no es para volver a su indie folk/rock de los comienzos sino para sonar como si fueran New Order o en "Indio", que suena a nerviosa canción post-punk, más que a cantautora confesional.
El inicio es la carta de presentación y el manifiesto del disco, su voz se pregunta "¿Quién quiere vivir para siempre?" burbujeando en medio de una oleada de oscuros sintetizadores mientras Van Etten lleva el peso emocional con esa repetición de la pregunta, hasta que se rompe para responder "No importa", mientras la canción sigue creciendo en intensidad. Es un comienzo inmejorable y nos introduce en el disco a la perfección.
La segunda canción es "Afterlife", pieza que sirvió para dar a conocer el disco, algo normal si tenemos en cuenta que es una de las más inmediatas, una especie de synth pop oscuro en el que vuelve a brillar su magistral voz, esta vez alcanzando tonos de Elizabeth Fraser en su tiempo con Cocteau Twins. La interacción de la banda es increíble y Hoff se destaca creando una gran línea de bajo algo que volverá a hacer en la hipnótica "Trouble".
"I Can't Imagine (Why You Feel Like This)" es una de las primeras canciones que surgieron para este proyecto y es normal ver por qué a Van Etten le pareció un sitio excitante al que ir, es una canción que remite a los LCD Soundsystem de su primer disco, una influencia que no había aparecido hasta ahora en su discografía. Mientras que en "Somethin Ain't Right" sigue en territorios cercanos a la pista de baile, llegando a interpolar la frase "Same as it ever was" del "Once In A Lifetime" (80) de Talking Heads. La forma glacial en la que utiliza su voz en "Southern Life (What It Must Be Like)" hace notar que también ha estado escuchando a Joy Division últimamente.
El final del disco es totalmente distinto eso sí, con dos canciones lentas y atmosféricas, primero "Fading Beauty", y luego el clímax emocional del disco con la espectacular "I Want You Here", una desafiante oda de deseo y devoción. Un quiero estar contigo aunque el mundo se esté derrumbando a nuestro alrededor que suena épico.
Sharon Van Etten sigue hablando en su nuevo disco del amor, la ternura, la ira y la confusión que todo ello conlleva, son temas recurrentes a lo largo de su obra y aquí vuelve a visitarlos. Pero eso no significa que a la autora de "Your Love Is Killing Me" se le hayan acabado las cosas que decir, sino que ha encontrado una nueva forma de decirlas.
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