No puede ser más categórico el título del cuarto álbum de los granadinos. Y es que desde su debut en 2002 con “Me duele la boca de decirlo”, Hora Zulú han confiado en la ortodoxia de su rock para hacerse con una identidad propia que ahora es reconocible en los trece cortes con los que inician su andadura en el sello Avispa.
Metal, hip hop y flamenco son los tres elementos con los que el cuarteto ha pulido, sin caer en histrionismos, un sonido sobrio y poderoso. Con “Creer, querer, querer creer” han empastado de forma natural cada uno esos principios activos. Temas como “En tu nada” o “Con las trenzas de tu pelo” consiguen ese flujo mágico de energía, lírica mordaz y duende. Los textos de Aitor Velázquez manejan con maestría ese lenguaje franco y explícito que se abre paso entre la madeja sónica creada por las guitarras de Paco Luque. Un álbum que si bien gusta recrearse con pasajes que parecen extraídos del acervo popular, como es el caso de su primer single “Toma y obliga”, responde a cierto estado reflexivo como así se expresan en “Suficiente moraleja”. La producción del álbum se hace eco de ese ánimo con ambientes e interludios preciosistas truncados por ritmos trepidantes. “Codo con codo” es el corte que abre el álbum y del que se extrae una afirmación cuanto menos reveladora: es el tiempo el que separa los mediocres de los buenos.
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