A Legacy Of Rentals

Hace años que mantengo una relación de amor-odio con los discos en solitario de Craig Finn- El tema es que el odio dura poco y, en general, todo acaba en el amor. Me explico. The Hold Steady es una banda que me gusta. Diría que podría decir incluso que me gusta mucho, aunque me costó conectar con ella. Por eso prefiero a Finn al frente de su banda. Fácil ¿no? Y por eso también, humano que es uno, cuando llega otro disco suyo en solitario frunzo el ceño. Total ¿para qué? Al final siempre acaban gustándome también, entendiendo que son otra cosa, y acabo disfrutándolos por igual. Y eso es justo lo que me ha pasado, una vez más, con este "A Legacy Of Rentals". Magnífico y curioso título, por otro lado.

Finn tiene claro que cuando está con The Hold Steady lo suyo son las letras, mientras que la música es cosa de todo el grupo. En su carrera en solitario, está claro que el tema no va a ir así. Está solo, y se lo guisa solo. Eso le debía dar más libertad musical, y así es, pero además se le observa más abierto en las letras. Más autobiográfico. Más personal. Quizá sienta que sus canciones, musicalmente, son más adecuadas para abrirse en canal que las que hace junto a la banda, y piezas como “Messing with settings” o la optimista “Birthdays” lo demuestran. La madurez, por supuesto, también pone de su parte. Ahora, Finn, es mejor narrador que antes.

Desde el arranque con ese discreto sintetizador, Craig apuesta por algo más calmado, donde su guitarra acústica marca el paso. La historia que cuenta ese ya citado “Messing with settings”, con una tal Rachel como coprotagonista es puro Finn. Cotidianidad. Descripción. Sentimiento. Seis minutos que se harían largos si el cantante no contara tan bien la historia. De hecho, es tan bueno, que incluso cuando afronta una spoken word song como “A Break from the barrage” te cautiva. Y así, con una distensión densa el disco camina. Con un poso de rock americano ideal para historias sobre el crimen organizado o sobre la vida en un rancho. Y la sensación permanente de que el músico es mucho más sincero aquí que cuando escribe para The Hold Steady. Quizá por eso, y a pesar de no ubicarse en un estilo sencillo, las cosas le salen tan bien.