Tras dos primeros discos, “Remission” y “Leviathan”, erigidos por méritos propios como tótems incontestables del metal moderno, el paso dado por Mastodon en “Blood Mountain” abrió vías de consecuencias aún por calibrar. “Crack The Skye” ahonda en la apertura melódica trazada por aquél y constituye, en esencia y sonido, un álbum más rock, sin renunciar por ello a los desarrollos progresivos y a cierta experimentación.
Estructurado en torno a la narración de un viaje astral, el cuarto trabajo de los de Atlanta inicia el vuelo con la majestuosa “Oblivion”, un medio tiempo poco complaciente en el que despuntan las voces limpias de Troy Sanders y Brent Hinds, cada vez más cercano a Ozzy Osbourne. El apartado vocal es precisamente uno de los puntales del álbum (escuchen la alucinógena “Oblivion” y sabrán de qué hablo), pero no el único. En “Quintessence” suenan a unos Jane’s Addiction desquiciados; en el tema título, aderezado con voces robóticas, colabora de nuevo Scott Kelly de Neurosis; y el conjunto, coronado por una demencial “Last Baron” de trece minutos en la que invocan el fantasma de Frank Zappa, desprende un delicioso aroma setentas no exento de frescura. Aquellos que renegaron de “Blood Mountain” probablemente ni se planteen ni puedan asimilar este “Crack The Skye”; el resto, prepárense para degustar el que sin duda será uno de los discos de 2009.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.