El nuevo disco de Wilco, "Cousin", a pesar del nombre, no tiene tanto que ver con "The Bear", la estupenda serie de Christopher Storer que utiliza la música de Jeff Tweedy y los suyos para hacer saber que está ambientada en Chicago casi tan a menudo como varios de los personajes de la misma se llaman unos a otros así, "primo". Y no tanto por sus temas, como por su ritmo, si la serie de Storer es frenética, caótica y estridente, el "Cousin" de Wilco es relajado, suave y distante, aunque también tiene sus aristas.
Comencemos por lo obvio, si "Cruel Country" fue visto como una vuelta a las raíces, entonces este "Cousin" está siendo visto como una vuelta a su lado más experimental, algo a lo que ayuda la presencia de la artista galesa, Cate Le Bon, en las tareas de producción, la primera vez desde "Sky Blue Sky" en la que cuentan con un productor ajeno, una especie de revisión de su periodo de esplendor con "Yankee Hotel Foxtrot", algo que, desde luego se puede comprobar con el inicio con un "Infinite Surprise" que debe ser su canción más ambiciosa sónicamente desde los tiempos de "A Ghost Is Born".
El tema se desarrolla con delicadeza, con Tweedy (en algo que será la nota común en todo el disco) sonando calmado y susurrante, entre un remolino de sonidos sintéticos, acentuados con elementos más experimentales, como la guitarra de Cline y las partes con vientos, otro elemento novedoso cortesía de Le Bon.
Es evidentemente un disco con más capas, en el que se nota que no está grabado como una banda en directo, sino por partes, quitándole algo de calidez pero encontrando un sonido más original y muy distinto a "Cruel Country". Si lo comparamos con discos como "A Ghost Is Born" o, sobre todo, "Yankee Hotel Foxtrot", a "Cousin" lo que le falta es esas golosinas pop que Tweedy también es capaz de escribir como "I'm The Man Who Loves You", "Heavy Metal Drummer" o "Hummingbird", ya que "Cousin" es un disco que no cambia de marcha, siempre en medios tiempos a baja intensidad como en "Ten Dead" donde la apática voz de Tweedy funciona a la perfección para una canción sobre el distanciamiento emocional que suponen los constantes asesinatos en masa que se producen en EEUU.
Por ese camino transita un disco que tiene su primer respiro emocional con "Evicted", la más cálida de las canciones de este disco y una de las pocas que podría haber aparecido en "Cruel Country". En la canción titular encontramos guitarras angulares cercanas a Television y "Pittsburgh" suena solemne y majestuosa, aunque baja en intensidad cuando entran las voces, de nuevo con Tweedy en modo susurro/confesión. Suena a himno fúnebre hasta que la canción se mete en territorios instrumentales.
"Soldier Child" es otro respiro, más cerca de esos caramelos pop que echábamos de menos, aunque esta vez sea más bien folk pop y tenga un sabor más agridulce, perfecto para acompañar una letra como esta "So good to see you/To see you again/I’d almost forgotten/What it’s like to feel the pain". Tiene un bonito solo al final, que suena más a Tweedy que a Cline.
El disco finaliza al mismo ritmo pausado que comenzó, Tweedy no sube la voz en casi ningún momento, es un disco relajado, a medio tiempo, sin golosinas pop, ni rock & roll, ni lamentos country, no suena como Wilco en directo, pero siguen siendo ellos, intentando, con 30 años de carrera, buscar un nuevo sonido y ganando con cada nueva escucha. Creo que su sonido lo explica muy bien una frase de Tweedy sobre su productora, "Cate desconfía mucho de los sentimientos, pero no de la conexión humana". Así, "Cousin" puede pecar de distante y frío, pero hay una extraña calidez en él.
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