Butter Miracle Suite One
DiscosCounting Crows

Butter Miracle Suite One

7 / 10
Eduardo Izquierdo — 06-06-2021
Empresa — BMG
Género — Rock

Normalmente en esta sección no reseñamos EPs, sino que nos centramos en discos de larga duración, pero con los Counting Crows vamos a hacer una excepción por varios motivos. Primero porque es su primer lanzamiento discográfico en la friolera cifra de siete años (su anterior trabajo data de 2014, con "Somewhere Under Wonderland"). Y segundo porque ellos mismos han asegurado que es un disco que tiene el espíritu de un LP. Ciertamente, siendo estrictos, su duración, cercana a los veinte minutos, es la de un formato muy de moda y al que sí solemos dar cabida: el del mini LP. Cuatro canciones, cinco si se compra la edición en vinilo, ya que esta incluye como extra ¡”August And Everything After”! ¡Cara B de su disco de debut con el título de aquel 28 años después! Así que ahí vamos.

Los Counting Crows se habían apartado de la música por un tema de hastío vital, especialmente de su cantante, Adam Duritz, que ha declarado que “me quemé mucho con el negocio de la música y me deprimí sobre lo que significa estar en él. Volví a sentirme así después de unos años girando con "Somewhere Under Wonderland". No hay una razón específica real: simplemente el negocio de la música es bastante feo a veces y me desilusiona. Es algo que viene y va. Pensé mucho en esto cuando comencé a escribir esta suite porque, por mucho que odie el negocio, todavía amo la música y quería escribir sobre eso desde diferentes perspectivas”. Interesante el concepto suite, apuntado, ya que su calificación como número uno nos hace pensar en la posible existencia de alguna continuación.

"Butter Miracle" es un EP, en general, calmado, sin grandes estridencias. Se inicia con “The Tall Grass”, de la que Duritz confiesa en su nota de prensa que “mientras escribía el final de “The Tall Grass”, toqué lo últimos acordes de un lado a otro durante un rato, simplemente disfrutando de la forma en que la canción terminaba con ese ‘I don’t know why’. Por capricho, cambié estos acordes y me encontré cantando una melodía diferente. Las palabras me vinieron directamente a la cabeza: “Bobby was a kid from ’round the town/ Kicks pumped up and head held down”. Me di cuenta de golpe de que este era el comienzo de una canción distinta, pero no pude evitar pensar en lo genial que era que fluyera directamente de “The Tall Grass”. Fue entonces cuando se me ocurrió que podía escribir una serie de canciones diferentes en las que cada una encajase a la perfección a partir de la anterior y fluyeran juntas como una canción larga. Una suite. Una vez que tuve la idea, fue todo lo que quise hacer”. Así que el EP tiene el espíritu de disco conceptual, con unos Counting Crows reconocibles desde el primer acorde hasta el crescendo final de su canción de inicio. “Elevator Blues”, tema que sirvió de adelanto confirma la sensación de que pillamos a la banda donde la habíamos dejado. Con esas excelentes melodías, el buen trabajo de guitarras y la aplastante personalidad y carisma de la voz de Duritz. “Angels Of 14Th Street” es un acertado retrato de la ciudad de Nueva York, donde el tono sube, añadiendo una sorprendente trompeta que nos pilla a pie cambiado pero que encaja a la perfección en la canción, aunque quizá no tanto en el ambiente del disco. Cierran con “Bobby And The Rat Kings”, dedicada a otra ciudad, San Francisco, y en concreto a la adolescencia de Duritz allí. El tema de más pulsión rock el disco con potentes acordes iniciales de guitarra eléctrica para dar entrada a un Adam cantando con solvencia, como siempre.

¿Se podían haber estirado más? Pues sí, pero un primer paso es. Y todos los que añorábamos a una banda tan especial como esta nos congratulamos de ello.

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