Que no digan que Descendents han firmado su mejor disco hasta la fecha. Ni que “Cool To Be You” supone una regresión a la época dorada de “I Don´t Wanna Grow Up”, porque su entrega más reciente conserva el estigma de la dignidad – quién tuvo retuvo - pero refleja a la vez cierta desidia y falta de alma. Incluso su antecesor, “Everything Sucks”, les mostraba más creíbles y señeros. Vale que “Talking To You” parezca como una prima hermana de “Cheer Me Up” en su vitalidad y punch adolescente. O que “Nothing With You” transpire las mejores esencias ramonianas. Mientras “One More Day” se quede en un mero intento de ser la segunda parte de “Clean Sheets” -¡Ojo, que no andan mal encaminados! - o “Merican” les transforme en calcos demasiado fieles de Bad Religion, la cosa pierde su gracia. Al igual que cuando asoma la vena progresiva en “Dog And Pony Show” o “Anchor Grill”, donde pierden un poco los papeles. Tampoco es para echarles tierra encima, pero a un grupo como Descendents se les puede y se les debe exigir mejores marcas.
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