Cookies

Tenía que ser Jackie McKeown el que trajera un poco de autocrítica y sentido común a la actual escena pop de las islas británicas. Antes en Yummy Fur (uno de esos grupos de culto que es descubrirlos y adorarlos de por vida), McKeown y los suyos se ríen con sarna de todo lo que rodea a los hypes de temporada (la fama, las fiestas interminables…) y entregan un disco repleto de rompepistas que bebe del glitter rock de Sweet y Mud, del Bowie más macarra, y de la nueva ola más accesible (The Knack, el primer Elvis Costello…).

“Cookies” es un festival continuo de estribillos, de riffs de guitarra vacilones, de actitud rockera de broma, y despide unas ganas de pasarlo bien que solo presentan esos discos que consiguen sonar frescos de forma espontánea y natural, sin artificio alguno. Ahí radica su valía. De todas las canciones que reúne este debut (que por cierto, debe de ser el disco publicado este año en el que más veces se escucha la palabra “drogas”), una resume a la perfección la actitud del trío de Glasgow. Se trata de “Cult Status”, donde McKeown parece recordar sus tiempos en Yummy Fur al repasar, con toda la mala leche del mundo, las “ventajas” de ser una banda de culto.