Jacob Bannon lleva ya casi tres décadas exorcizando sus demonios al frente de Converge, una de las bandas clave en la redefinición de la música extrema surgida a finales de la década de los noventa (junto a compañeros generacionales como Cave In, The Dillinger Escape Plan, Botch o Coalesce), convertida hoy en día en auténtica referencia por derecho propio y, a tenor de lo ofrecido en este "The Dusk In Us", en mejor forma que nunca. La explosiva y frenética mezcla de metal y precisión matemática sobre una base de hardcore clásico en la que residen los fundamentos de su sonido no ha hecho más que crecer con los años, forzando los límites de una forma de entender la música que ha terminado por convertirse en un género propio: una liga en la que sólo juegan ellos donde la ética del hardcore punk va de la mano con una calidad técnica fuera de lo común para crear una mística y un universo de un nivel al que pocas bandas pueden aspirar (me vienen a la mente Gojira o Mastodon como mucho, cada uno en su terreno y salvando las distancias).
"The Dusk In Us", primer álbum de la banda en cinco años, nos ofrece un enloquecido viaje donde queda claro que la fórmula, lejos de mostrar signos de agotamiento, sigue funcionando al mismo nivel de excelencia ofrecido con cada nuevo trabajo, desde su ya canónico "Jane Doe" (Equal Vision Records, 01). A lo largo de cuarenta y cuatro minutos, los de Boston nos sumergen en su particular y oscura manera de entender el mundo mediante un discurso en el que las habituales y apocalípticas reflexiones políticas y sociales de Bannon se muestran más luminosas y esperanzadoras de lo habitual, con su reciente paternidad como uno de los hilos conductores desarrollados en el disco: en el primer tema, "A Single Tear", Bannon se abre en canal diciendo “When i held you for the first time, i knew i had to survive” (“Cuando te sostuve por primera vez, supe que tenía que sobrevivir”), y este mismo impulso humanista de lucha y resistencia funciona como filtro por el que pasan sus reflexiones acerca de la violencia y la maldad presentes en un mundo en el que “Los demonios no necesitan de un infierno para existir”, como sentencia en "Reptillian", tema que cierra el álbum.
En "Arkhipov Calm", "Wildlife" o "I Can Tell You About Pain" nos encontramos con la versión más acelerada y clásica de Converge: ráfagas de salvajismo mathcore con estructuras enrevesadas condensadas en menos de tres minutos, y el equilibrio constante entre caos y contención, en el que se encuentran tan cómodos, queda representado por temas como "Thousand Of Miles Between Us" o la titular "The Dusk in Us", donde la densidad ambiental, los medios tiempos, la pesadez de los riffs de Kurt Ballou y la voz casi susurrada de Bannon convierten la tensión marca de la casa en la cara más melódica y “accesible” de la banda. Ballou se encarga también de la producción, y confirma una vez más que se ha convertido en un tótem en su terreno (por sus manos han pasado Today Is The Day, Isis, Kvelertak, Nails o Code Orange por nombrar solamente a unos pocos). Todo suena enorme aquí, crudo y de verdad: dan miedo cuando se dejan llevar por el hardcore old school (Cannibals o Broken By Light harán babear a cualquiera que ame el género), dan miedo cuando coquetean con el death metal y siguen dando miedo cuando se sumergen en atmósferas y ambientes más reposados y contenidos.
La creatividad compositiva y la continua vuelta tuerca a la hora de desarrollar la agresividad musical hacia nuevos territorios sin perder ni un ápice de identidad hacen de "The Dusk In Us" uno de los mejores discos que Converge hayan hecho jamás, y decir eso teniendo en cuenta el nivel al que nos tienen acostumbrados, es mucho.
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