Con la formación británica luciendo ya como destacada en la primera división de su país, Liam James Fray y compañía vuelven a escena para consolidar posiciones sólo año y medio después de publicar “Anna” (Bella Union, 13). Mientras en Reino Unido se muestran encantados de acoger esa épica de estadio supuestamente emocionante que supone el principal activo del grupo, las expectativas (y la paciencia) fuera de las islas resultan cada vez menores, al anhelarse la llegada de un álbum que destaque por encima de la mediocridad mostrada hasta la fecha. “Concrete Love” no es una excepción, con puntuales aciertos insinuando el talento compositivo de Fray que, una vez más, resultan engullidos por toneladas de inofensiva grandilocuencia. En definitiva, un disco empalagoso e insustancial en su inmensa mayoría, cuarto de una carrera que comienza a aburrir seriamente.
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