En medio de la época más tumultuosa que le tocó vivir a su país en los últimos años, Como Asesinar a Felipes continúan su camino de autodescubrimiento y constante desafío. “MMXX” es el octavo disco de estudio de la banda de Santiago de Chile en el que se vuelven a mostrar tan inquietos como siempre y más innovadores que nunca.
Aunque el concepto que guía al disco fue ideado antes de que el 2020 sea lo que es, la moción/necesidad de considerarlo todo de nuevo –omnipresente de punta a punta de la obra– se corresponde con la obligatoriedad que la pandemia ejerció en todos nosotros; esto es: reinventarse o sucumbir. En este caso, Como Asesinar a Felipes encuentran su salvación en el uso de sintetizadores y cajas de ritmo, abandonando casi completamente lo orgánico, dejando en un trastero de expectativas a los instrumentos de su trío de bajo, batería y saxo/flauta.
Si bien estos recursos clásicos aparecen a cuentagotas y en momentos completamente estratégicos, el ADN de “MMXX” es sintético y trae a cuento sonoridades de artistas como Silver Apples, Kraftwerk e incursiones electrónicas de Morricone. Hay quien pueda decir que es su disco más hip hop en años, pero esa idea puede ser cuestionada por la constante búsqueda de métricas progresivas y enrevesadas, como las de la canción “Debes saberlo” a la cual, si se le cambiase la configuración sonora se la podría ubicar dentro del catálogo de Meshuggah. “MMXX” es un disco corto pero de excelsa coherencia: cada pieza tiene su función, desde “MMXX” (la intro) que define el clima de tensión psicodélica que transcurrirá haciendo eses en todo el camino del disco, pasando por el intermezzo pseudo easy listening que declara “No hay cómo frenarlo” al grand finale con “Se repite” en el que la banda hace el cierre conceptual de la placa y levanta vuelo en una sesión instrumental de memorable factura.
El sonido con el que lograron vestir estas composiciones es polvoriento e industrial, directo y sincero. Robótico, pero cálido. Y el balance que se logra con las líricas y la interpretación –siempre debatida entre lo enigmático y explícito– de Koala Contreras es fundamental para considerar “MMXX” un éxito: las máquinas ponen el músculo, pero dejan lugar al sentimiento humano en toda su expresión.
Para cerrar lo que es una obra de envidiable consistencia, el disco viene acompañado de una serie de remixes de artistas como el fundador de Faith No More y “sexto CAF” Billy Gould –quien en esta oportunidad también se encargó de la mezcla–, el ex Sepultura Igor Cavalera vía Mixhell, Shane Embury de Napalm Death, The Talking Book, Toy Selectah y los cracks mundiales del dub Mad Professor y Scientist. Todo un evento que vuelve ubicar a la banda en un espacio de privilegio a nivel internacional, tal como pasara en 2018 con la colaboración que hicieron junto a Chino Moreno de Deftones.
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