Tantos meses a vueltas con el eterno retorno del rock’n’roll, y al final va a resultar que teníamos localizados desde hace mucho tiempo a algunos de los mejores guardianes de las esencias más legítimamente rockistas. Más libre de ataduras que nunca (es su segundo trabajo ya en la independiente Vagrant, lejos de la tutela multinacional) y quizá espoleado por la atención mediática acaparada por las nuevas hornadas del mal llamado fashion rock (muy comentada ha sido su última polémica dialéctica con Ryan Adams, a quien no podemos dejar de considerar como un brillante discípulo aventajado), el alma mater de los extintos Replacements vuelve a sacarse de la manga un trabajo austero y de producción eminentemente casera, forjado en base a algunas de las muchas sesiones de grabación de su prolífico último año y medio.
Con un pie puesto en el acelerador (“Making Me Go” o “Pine Box” podrían haber pertenecido a la época de “Pleased To Meet Me”) y el otro instalado en estribillos que se benefician de un tratamiento más acústico (“What A Day” o “Meet Me Down The Alley”), Westerberg ejecuta una pirueta en la que vuelve a exhibir las mejores virtudes que ya ostentaba el doble "Mono/Stereo", dosificadas aquí con un mayor tino y sentido de la mesura. La respetuosa versión del “These Days” de Jackson Browne sirve como cierre a un álbum que vuelve a certificar que, para él, la veteranía sigue siendo (afortunadamente) un grado.
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