The Color Before The Sun

El octavo largo de Coheed and Cambria, “The Color Before The Sun”, supone un nuevo comienzo para la banda encabezada por el inconfundible Claudio Sánchez. Y es que los neoyorquinos se relajan un poco, solo una pizca, y publican por primera vez desde su formación en 1995 un disco al uso. Ni tetralogías basadas en los personajes de la novela gráfica “Armory Wars” -también obra de su peludo cantante- ni álbumes dobles como era “The Afterman”.

“The Color Before The Sun” es un disco redondo, por auto conclusivo, y algo disperso, por su extrema variedad. Pero reúne una docena de muy buenas canciones, para alegría de sus seguidores. Así, el inicio con “Island” y “You Got Spirit, Kid” nos remite a los primeros pasos de la banda, más Fall Out Boy que Rush o Pink Floyd, pues arracan con un pop de guitarras potente y exuberante, con melodías infalibles aderezadas con coros muy pegadizos .

Tampoco se trata de un reboot o un regreso a los momentos estelares del “In Keeping Secrets Of Silen Earth:3”. Algo me dice que Sánchez y compañía tenían ganas de salirse del camino que ellos mismos se habían marcado con los años y probar otras cosas, y esto último incluye la grabación en riguroso directo en un estudio de Nashville a las órdenes del reputado Jay Joyce (The Wallflowers, Cage The Elephant, Zac Brown Band).

De las sesiones con este productor, más bien vinculado al country rock, en las antípodas de los orígenes emo de este cuarteto y de sus formas progresivas, salen cosas tan interesantes y variopintas como la sentida “Colors”, el medio tiempo de mechero “Here To Mars” –todos los discos de hard rock deben incluir algo así-, la metálica “The Audience”, mi favorita “Atlas”, un pieza todopoderosa muy en la onda de sus últimos trabajos, y un final acústico “Return To The Mountain”, de bella factura pero algo soporífero para mi gusto.