No negaré mi sorpresa ni tampoco mi euforia tras escuchar el último trabajo de estos chicos. La calidad y sobre todo la fuerza se les presupone sin lugar a equívoco, pero el grado de acierto y la dimensión musical desarrollada se han tornado en algo que ya supone un antes y un después en su trayectoria. Estamos ante el trabajo más completo, elaborado y cuidado de Cobra, en el que la fuerza bruta no ha desaparecido sino que se ha transformado en un empuje más atractivo y por ello mucho más efectivo. El nivel de las composiciones ha subido enteros y las voces y las estructuras han sido mimadas a fuego lento con un resultado más que evidente.
Y lo han hecho en casa, de la mano de su técnico de siempre, Xanpe (también en PI.L.T.). y en los estudios Koban de Bilbo. Xanpe ha sido el encargado de grabar, mezclar y masterizar el disco, no sin la ayuda del grupo, y también han gozado de colaboraciones de lujo como la de Zaloa Urain (Kokein) en “Firebird” o la de Liam Cormier de Cancer Bats en “We are next”. Se trata, sin duda, del trabajo definitivo del grupo, en el que el sonido se percibe nítido pero con la debida suciedad en el resultado final. Son temas matadores, como siempre muy recomendables para el directo. Como ellos mismos proclaman: “Play it loud, make us proud”.
Arrancan con agresividad y empuje con “Firebird” y “No miracles”, la primera con relativa limpieza aun siendo muy potente y la segunda con un toque sabbathico apabullante. Empieza un viaje de 10 temas donde también destacan por su velocidad y por la novedad que esto conlleva en su repertorio los temas “Emerald city” (con líneas de bajo marca de la casa por parte de David) y la no menos veloz “New old days”, siempre con una generosa dosis de matices sonoros y coros muy trabajados, otra novedad positiva.
El detalle de los coros se refleja en numerosas piezas. “Parasites” es quizá la joya de la corona, con su alucinante sonido de guitarra y el elaborado y adictivo riff. Cuando se une el bajo de David aquello es el acabóse, un tema redondo de principio a fin. Incluso han metido algún tipo de eco en algunos coros en la propia “Parasites”; coros que tampoco pasan desapercibidos en la magistral “Let down”. “We are next” completa el podio, con su poderosa guitarra, la violencia de la voz... e incluso lo que parece una parte orquestal en una breve secuencia. Esa parte añade una grandilocuencia que engancha mucho, aunque se escuche en unos pocos segundos. Además, ha colaborado en él nada menos que Liam Cormier de los Cancer Bats.
Han incluido esta vez dos temas en euskara (el doble que en el anterior disco), con la emotiva “Oroimenduak” y la redonda “Legarreko kanpaiak” marcando un camino que a buen seguro tendrá continuidad. La producción de Xanpe (Pi. L.T.), claro está, ha sido un factor clave en el resultado final. Ha construido un entramado absolutamente demoledor y a la vez ha cuidado con mimo los pormenores de la grabación. El otro componente favorable ha sido el hecho de haber contado por primera vez con tiempo suficiente para preparar los temas. En 15 años nunca habían tenido tanto tiempo para cuidar todo el proceso, con el elemento añadido de “disponer del tiempo necesario en el estudio para poder probar sonidos, arreglos y repartirnos el trabajo en la producción musical”, tal y como nos comentó el propio David en la entrevista.
Por otra parte, el hecho de haber mantenido la misma formación en toda su historia ha contribuido a un resultado cuando menos compenetrado y compacto como una roca. Las influencias primarias siguen ahí (Down, Black Sabbath, Deep Purple, Soundgarden...), pero ahora el grupo ha limado mucho sus agresivos arrebatos para lograr algo más elaborado y personal si lo comparamos con sus primeros trabajos.
David González (bajo, ex PI.L.T.) había estado muy ocupado con Berri Txarrak. Josu Luengo (guitarra, Evirus69) y Ekain Elorza (batería, Morgan) no creo que estuviesen inactivos, y Haritz Lete (voz, Kokein, Osso), tampoco es que estuviera precisamente libre. Pero ha ocurrido, y a partir de ahora las cosas solo pueden ir a mejor.
Estamos, por lo tanto, en el momento cumbre de la formación, con una gira de momento frustrada por el maldito virus pero con la certeza de que retomarán los escenarios con un extra de motivación, un terreno en el que siempre estuvieron especialmente curtidos.
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