Full Of Hell es una de las bandas más interesantes e innovadoras dentro de la música extrema reciente. En sus ya quince años de existencia han ido balanceándose por el grindcore, el noise (grabando incluso con Merzbow, un estandarte del estilo), la electrónica más áspera e industrial, el sludge, el death metal o incluso el powerviolence hasta acariciar otras tantas vertientes musicales en sus colaboraciones con Gasp, Nails, HEALTH o los shoegazers Nothing saliendo increíblemente bien parados en todas sus facetas.
Con su nueva obra titulada "Coagulated Bliss" parecen seguir queriendo romper su propio techo haciendo lo que les da la puñetera gana y cuando les da la puñetera gana, dando una respuesta moderna al grindcore de los años noventa (¿post-grind?) con una propuesta quizá más cercana al noise rock, mathcore y punk que en sus anteriores referencias y estrechando algunos lazos sonoros con agrupaciones como Converge. Las críticas hacia este disco probablemente choquen entre los fans más conservadores que buscan otro "Weeping Choir" (19) o "Trumpeting Ecstasy" (17) y los más progresistas de su ambiguo género y de la propia banda, que casi seguro saldrán contentos de esta intensísima y esquizoide experiencia de menos de media hora tan difícil de clasificar y no apta para todos los oídos ya que –y esto no es por fliparse– hasta los más fans del metal extremo se podrán sentir confundidos. Y es que de eso eso se trata la música Full Of Hell desde hace ya tiempo: de confundir.
En "Coagulated Bliss" está la inmediatez y caos clásico del grindcore desde los primeros segundos de "Half Life Of Changelings", pero en la segunda "Doors Of Mental Agony" ya empiezan a incorporarse algunos sonidos más pesados y lentos intercalados con esa la velocidad y suciedad espontánea que también es perceptible en "Transmuting Chemical Burns", dando algo más de densidad a este trabajo. El ruidismo industrial en la retorcida "Fractured Bonds To Mecca", la homónima “Coagulated Bliss" –que recuerda a unos Converge más punk– y la sludge y extensa "Bleeding Horizon" son el ejemplo claro de la locura de este grupo que va de cero a cien (y viceversa) cuando le apetece. "Vomiting Glass" pasa otra vez por el arco del grind más normativo, mientras que "Schizoid Rupture" cuenta con una dualidad vocal extrema entre lo agudo y lo grave que resulta apabullante.
Cuando quizá no esperas que el disco se retuerza más, llega la interesante y cercana al mathcore "Vacuous Dose", con también unas percusiones bastante llamativas. Y vuelta al grind y la violencia en "Gasping Dust", donde aparece el vocalista de los clásicos Immolation Ross Dolan como invitado. "Gelding Of Men" es quizá la nota más discordante y lenta la montaña rusa que es "Coagulated Bliss", que se clausura con la aparición del viejo conocido J. Bannon (vocalista de Converge) en la final "Malformed Ligature", la cual despide el álbum con nada más y nada menos que Sam DiGristine (bajista y segundo vocalista) en compañía del saxofón que también se colgó en la grabación de "Weeping Choir".
Si querías algo nuevo y fresco de una banda que realmente ya lleva haciendo cosas nuevas y frescas desde hace tiempo, "Coagulated Bliss" te facilitará esa tarea sin aturullarte demasiado gracias a su brevedad y peculiaridades, sea para bien o para mal (aquí ya entran gustos personales, paciencia y disposición de cada oyente).
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