Cumpliendo los 20 años de carrera y después de 10 años sin publicar nuevo larga duración, The Clientele han disipado todas las dudas acerca de la actividad del grupo con un trabajo que los vuelve a colocar en la primera línea del pop lluvioso con mayor aroma a clásico. Logrando un trabajo muy coherente con su trayectoria, son capaces de mostrarnos tanto su cara más cercana a las tonalidades de crooner barroco como ocurre en “Everything You See Tonight Is Different from Itself”, sin olvidarse de aquellos momentos en los que el recogimiento y el spoken word lo impregnan todo al estilo de lo que nos encontramos en “The Museum of Fog”. A través de una instrumentación que prácticamente no ha variado a lo largo de todos estos años, logran que su fórmula siempre resulte de lo más apetecible justo en el momento en el que evitan todo tipo de linealidad en sus temas gracias a todo lo que resulta ajeno a la melodía. Con unos simples punteos de cuerda logran embellecer y fortalecer canciones como “The Circus”, algo que en cualquier otra banda hubiese quedado como pura anécdota. De aquí radica la completitud de este trabajo, consiguiendo mantener lo certero de sus melodías sin olvidarse de como aportar novedades a los temas a través de detalles de lo más minimalistas.
Los años parecen no notarse a la hora de seguir proyectando unas canciones que se recrean en los arreglos precisos de piano y coros cargados de gran expresividad, dejando fluir un mayor halo de esperanza del que nos tienen acostumbrados. No es que los británicos se hayan pasado a la cara más feliz e idealista del pop, más bien han conseguido que sus estribillos suenen un peldaño por encima del resto de la canción en cuanto a su optimismo. De este modo, temas como “The Neighbour” o “Everyone You Meet” destacan sobremanera en el momento en el que la voz de Alasdair MacLean pasa de la calidez a un tono mucho más vitalista, no dejando escapar el buen refuerzo que le proporciona el entramado de cuerdas y vientos. Una sensación casi permanente de encontrarnos ante una banda completamente liberada de una excesiva carga de nostalgia que en otras ocasiones frenaba su ímpetu. Por todo ello podemos decir que los años han pasado para The Clientele de una forma amable, consiguiendo mantener el perfecto poso de delicadeza y oficio que los ha convertido en referentes, a la par de saber compatibilizar otros proyectos paralelos sin perder su característica línea estilística.
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