Clearing The Path To Ascend
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Clearing The Path To Ascend

9 / 10
Joan Cabot — 24-09-2014
Empresa — Neurot Recordings/Popstock!
Género — Metal

Mike Scheidt concibe sus canciones como una pesada bota que te oprime la cabeza contra el cemento. Una carga larga, concienzuda, sinuosa y repetitiva que te lleva a las puertas de una angustia insondable. Tras unos instantes que parecen eternos, hay un cambio de tono, se produce una ligera variación liberadora, el equivalente musical al oxígeno entrando en tus pulmones tras un largo tiempo sin aliento. En “Clearing The Path To Ascend” ese contraste es más evidente que nunca, la expresión más rotunda hasta la fecha de un arte que YOB han perfeccionado a lo largo de casi quince años de carrera. La banda de Portland domina como nadie la gestión de la tensión dramática y en su último disco han encontrado todavía una vuelta de tuerca más a partir de atisbos difusos de algo parecido a la redención y la esperanza. Ya no todo es desierto moral y naturaleza desolada. Es momento de despertar, como nos dice la voz del filósofo Alan Watts a las puertas de “In Our Blood”, el arranque de un disco formado por apenas cuatro temas pero que se extiende más allá de la hora de duración, algo a lo que ya nos tienen acostumbrados.

Los trabajos de YOB (y el único de Middian, ya puestos, el proyecto que Scheidt inició en 2005 tras la disolución momentánea del proyecto principal) suponen siempre una escucha exigente, pero el sacrificio tiene sus recompensas. Entre cíclicos y reiterativos mantras sludge, psicodelia enfermiza y stoner ralentizado hasta devenir ambient plomizo, YOB esconden la promesa de una catarsis única, una vía de escape de la que, entre llamas, saldrás purificado, un ser nuevo.
Quizás “Marrow”, cierre de este nuevo disco, sea el mejor ejemplo de la clase de viaje a lo incierto: un blues infernal de final impredecible en el que el trío te va vapuleando en todas direcciones hasta no dejar de ti nada más que unos ojos vidriosos, cegados por las visiones, y un magma emocional trémulo.
YOB han hecho su mejor disco, uno que trasciende los límites del mero género para situarse entre los discos de rock más impactantes y emocionantes del año. He aquí su obra maestra y su enseñanza última: para ascender hay que antes descender. Bajemos, pues.

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