El caso de Alec Ounsworth –artífice casi en solitario de Clap Your Hands Say Yeah– no es único, pero igualmente se antoja curioso y, sobre todo, tremendamente injusto e incluso irritante. Tras colocarse bajo los focos de toda la prensa musical en 2005 con un espléndido debut homónimo que tenía en Talking Heads (y sobre todo en David Byrne) su principal referente, el combo se vio progresivamente relegado a un segundo plano, mientras se sucedían discos notables como ‘Some Loud Thunder’ (V2, 07), ‘Hysterical’ (V2, 11) o ‘The Tourist’ (CYHSY Inc., 17). Un catálogo salpicado siempre de grandes canciones que, a cada nueva entrega, compartían espacio con otras piezas que no desentonaban en el cómputo global del lanzamiento en cuestión. Sin embargo y por algún caprichoso motivo, el bueno de Ounsworth ha sido mayoritariamente ignorado tras aquél primer fogonazo, mientras hacía gala de una fe ciega en su creatividad y seguía incasable su propia senda.
La tendencia se extiende hasta alcanzar a ‘New Fragility’ (21), sexto álbum de estudio ya de CYHSY y un titulo con el que el neoyorquino certifica de nuevo su buen gusto y olfato a la hora de componer grandes canciones (o cuando menos de lo más resultonas y sin duda disfrutables), más allá del afamado ‘Clap Your Hands Say Yeah’ (Wichita, 05). La presente entrega es otro compendio de valioso indie-pop tradicional, tornado quizás hacia aires más clásicos pero igualmente inquieto y completado con maniobras reconocibles como propias en manos del músico. Entre ellas, esa voz aguda y extendida con generosidad a lo largo y ancho de un total de diez canciones, que sirve como argumento y también hilo conductor del álbum. El trazado cuenta con no pocas destacadas, a colocar directamente dentro del cancionero más granado del grupo. Es el caso de la agitada “Hesitating”, que tras abrir fuego enlaza (sin descanso pero con cambio de ritmo) con “Nation Thousand Oaks”, el medio tiempo marca de la casa “Dee, Forgiven”, o una “New Fragility” tan sencilla en apariencia como deliciosa y que remata una primera mitad brillante. También luce el pausado single “Where They Perform Miracles”, la bonita “Mirror Song” al piano y la adictiva “CYHSY”. Junto a ellas se sitúan otros temas menores pero también aprovechables, del tipo de “Innocent Weight” –con sus elegantes violines compitiendo con una afilada guitarra–, “Went Looking For Trouble” y la final “If I Were More Like Jesus”. Composiciones todas ellas bien trabajadas y mejor rematadas, que cuentan con un generoso número de detalles desarrollados en plena convicción y apurando una fórmula algo más depurada con respecto a entregas previas.
El autor sigue contando para sus mimbres con influencias imprescindibles del indie norteamericano de los ochenta y los noventa como The Feelies, Yo La Tengo, los mencionados Talking Heads, Neutral Milk Hotel, Pixies o Spoon, en lo que es una apuesta ganadora. Si bien es cierto que dentro del decálogo que lo conforma hay cortes que destacan claramente por encima de otros, ‘New Fragility’ (Secretly Canadian, 21) es en todo caso un trabajo inspirado, competente y, ante todo, ambicioso. Una peculiaridad esta última que Alec Ounsworth siempre ha blandido sin rendición y empeñado en seguir entregando sus canciones, más meritoria si cabe dada su (injusta) posición secundaria en cuanto a popularidad se refiere. Entre el torrente inabarcable de referencias que ven la luz cada año, el presente elepé merece una considerable atención, en una recomendación carente de riesgo dado su nivel compositivo. Y al mismo tiempo invita a revisitar todo el legado de Clap Your Hands Say Yeah, más allá de aquél obligado estreno que, dicho sea de paso década y media después de su lanzamiento, se sitúa ya como un clásico atemporal.
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