Gracias a Dios, Manu Chao sigue en busca de Babilonia y, tras sus pasos en Mano Negra, sigue buscando esperanza con este, desvirgado en solitario,"Clandestino". Trece pasitos humildes, sensuales e impecables que le dejan abierto al oyente con impoluta sensibilidad y tristeza, expresadas como pocos pueden. Si hay otro yo de Rubén Blades al otro lado del charco es éste y me atrevo a proclamarlo a los cuatro vientos, Don Chao.
Un Chao acompañado de guitarra y sampler en un camino duro y desagradecido como es el humano. Vía latina ("Clandestino" ,"Desaparecido"); a toques manonegreros ("Bongo Bong"), empalmando todo el disco, al igual que "Casa Babylon" de los Negra, roots con "Mentira" y su loop reggae; vuelta al ventilador en "Lagrimas de Oro" (entran Cancodrilo y SuperChangó de A Feira das Mentiras) y electro-lágrimas en "Malegría"y "Luna y sol" que gritan baile y cabeza. Preciosa nana galega "Minha Galera" (tira al suelo) y relectura sentada la de "Welcome to Tijuana". "La despedida" nos deja despidiendo a SuperChao a ritmo, "MamaCall" en su barquita de cáscara de nuez con la que se vuelve a buscar Babilonia canturreando en son reggae "El viento". Un hito en forma de compacto, trece sueños en forma de canciones, una lección de la vida, una suerte.
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