Comparten algo más que Baltimore, que a la vez –digo- despertará cierta sensibilidad para el dream pop y esas voces ásperas, rasgadas y aterciopeladas. Esto, precisamente, es lo que tienen en común con Beach House, a parte de ser también un dúo, formado por Jenn Wasner y Andy Stack. Sin embargo aquí la ecuación no es entre guitarra y teclados, sino con guitarra y batería que ensucian el ambiente y lo hacen más crudo, en ocasiones más lúgubre y no tan celestial, con algunas excepciones, claro, como “Fish” o la que da título al álbum, “Civilian”. Y no sólo nos viene a la cabeza Victoria Legrand sino también la voz de Anna-Lynne de Trespassers William, si bien diría que no es tan profunda y dolorosa. “Two Small Deaths” o la que cierra este tercer trabajo, “Doubt”, también ayudan a certificar esta teoría. Una nueva teoría que aparece un lustro después de haberse formado y después de que hayan atemperado su discurso y a momentos este sea más lánguido y denso. Ahora domina más el pop atmosférico o el dream pop que no esos riffs al estilo Neil Young que sí siguen apareciendo en el final de “Civilian” o más que esos ramalazos noise a lo Pixies o Sonic Youth que, sin embargo, aún dejan rastro en las guitarras ásperas de “Dogs Eyes” o de “Holy Holy” que encierra un estribillo tipo estallido de pista de club indie de lo más común y obvio que resta puntos a una canción con piel de single.
/ Ya lo habeda leeddo yo personalmente no iba a ir, pero cncozoo a gente que se ha quedado sin su entrada que9 raro que no hagan ningfan concierto extra sere1 que no les hace falta