Los años luz
DiscosChucho

Los años luz

7 / 10
Fernando Fuentes — 15-04-2016
Empresa — I*M Records
Género — Rock

Sed y hambre sentía el Chucho en su escondite… ¿pero de qué, realmente? ¿Qué es lo que viene a buscar ahora? ¿Dinero, más prestigio? ¿Vuelve por vicio o es pura devoción? Seguramente todo a la vez, pero no necesariamente en ese orden. Tras cuatro discos -casi todos excepcionales- y 12 años sin pegar un ladrido, ahora renace la mítica banda albaceteña -que sigue capitaneando Fernando Alfaro, con el permiso de Juan Carlos Rodríguez y Javi Milla- para ofrecernos este "Los años luz" con el reivindicarse y asaltar, al fin, su merecido lugar en el virtual altar del mejor indie nacional de siempre jamás.

Sin saber muy bien a quien se les apagan dichos años luz, en esta vida extraña y rara, nos adentramos en un ábum -autoconsciente de su propia locura y fatal carácter terminal- que muestra en fresca plenitud las dos siempre -y muy bipolares- caras de un perruzo que, ahora mejor que nunca, se sabe sentir felizmente rabioso y al contrario. Y es que muchas canciones de este "Los años luz" recuerdan a los Chucho puros y primitivos; los de la primera etapa y, en cierto modo, la última. Suena como una continuación natural de 'Tejido de felicidad' y del 'Koniec' de despedida. Han sabido recuperar lo mejor de ellos, saborear su sabroso tuétano, dejando las sobras para el olvido.

Lo que es una evidencia es que aquí hay más canciones para curar que para dañar. Y entre ellas destacan "Un inmenso placer" -la nueva "Revolución" de este 2016-; la suave nana "Cosas hermosas" que es, posiblemente, su pasaje más pop; la naifísima y hasta mediterránea "Oso bipolar" y la deliciosamente nostálgica "Las chicas del calendario". Y es que se sabe que el perruzo fiero y desalmado sabe mutar en perrete -casi adorable mascota- cuando le viene en gana y conviene. Cierto es que algunas de estas canciones -¿envenenadas de tanto sol?- parecen, más que de Chucho, de Fernando Alfaro en su aventura en solitario. Sí, podrían haber formado parte de su "Saint-Malo", ¿pero qué problema habría en ello? Junto a ellas -compartiendo manta y hueso de plástico- ladra lo agreste, lo descarnado y lo punk. Y es que la procesión de perros sigue yendo por dentro. Temas como 'Esto es un error' -que abre con la vieja sintonía de Thames TV Productions- y 'Nadie es inocente' recuerdan a las primigenias 'Mi anestesia” o 'Ángel Inseminador' que nos mordían la vida desde las entrañas. También la bronca, trabada y muy kafkiana 'Banderas negras' -réquiem por lo que pudo ser- incomoda y asusta desde la conmoción del que sabe que nunca ganará, "de victoria en victoria, hasta la hostia final".

En cualquier caso 'Flores sobre el estiércol' viene a suponer el tema más interesante del disco. Apabulla y mosquea su pycho-billy, surfinero y fronterizo. Suena como un oasis bizarro en medio de la sucia polvareda y grasiento mainstream imperante. Todo esto sustancia un LP -innecesario para algunos, pero notable para propios y extraños- que ha sido grabado y alicatado en el legendario estudio gaditano del mago Paco Loco- que hasta se atreve hasta con un homenaje -en versión rumbita-pop- al finado Peret; en el que se muestran crudos y sin apenas parapetaje sintético, sobre todo, nos devuelve a una de las bandas capitales -del mejor pop-rock underground español- en plena forma, además de más viejos y por ello peligrosamente libres. Sin correa anda el vetusto cancerbero y con el único colmillo que le queda afilado como un estoque. Este 'Los años luz' -que engatusará a los fans de siempre y pasará tristemente inadvertido entre la nueva parroquia supersubmarimeña o izalista- en absoluto es un error... pero, ¿y si lo hubiera sido? ¿Qué hubiese supuesto en la fascinante historia sonora de Chucho? Nada, apenas un lametazo.

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