Desde que lo dejó con Girls allá por 2012, Christopher Owens se ha estado buscando a sí mismo. En “Lysandre” mostraba su cara más íntima y reposada en un disco que relataba un amorío de gira, y en “A New Testament” coqueteaba con el soul blanco y el country pop en un intento por reformular en clave emo-cional los estilos clásicos de la música americana. Esos dos discos dejaban claro que Owens aun poseía el mojo, pero quedaban lejos de sus dos elepés con Girls. Es ahora, con este “Chrissybaby Forever”, cuando el músico de Florida recupera su mejor forma.
En su tercer disco de estudio el norteamericano apuesta por el pop –agridulce y confesional- sin cortapisas, picotea de diversas décadas, el pop inglés de los ochenta en la enorme “Me Oh My”, o los sesenta más coquetos en la deliciosa “Heroine (Got Nothing On You)”, y entrega así una colección de canciones de aúpa.
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