Choice Of Weapon

A menudo los grupos de hard y heavy que reinaban en los ochenta, suelen culpar de su decadencia al inesperado éxito de Nirvana en la siguiente década. Pero lo cierto es que la mayoría son incapaces de reconocer que su discurso estaba más que agotado, y que la reiteración empezaba a hacer mella en un aficionado ávido de algo nuevo.

Uno de los ejemplo más obvios del agotamiento en las formas al que hacía referencia, lo protagonizaron los The Cult de Ian Astbury y Billy Duffy al encadenar dos obras de poco calado como “Ceremony” (1991) o “The Cult” (1994) que provocaron que buena parte del seguidor del rock duro más clásico se quedara instalado para siempre en esa gozada llamada “Electric” (1987).

Desde entonces The Cult se han arrastrado por medio mundo con la misión imposible de intentar reverdecer unos laureles, que, de forma inesperada, adquieren la categoría de brotes verdes con este nuevo trabajo. Un disco co-producido por dos históricos como Chris Goss y Bob Rock, que han sabido dotar al sonido del grupo del imprescindible músculo (mención especial al excepcional trabajo de la base rítmica compuesta por el bajista Chris Wyse y un curtido John Tempesta) y han dejado que la voz de Ian Astbury brotara de forma natural, sin forzarla, acorde a la edad del vocalista y a su tonalidad actual. Tampoco se puede pasar por alto el excelente trabajo de guitarras de Billy Duffy que, en canciones como “Amnesia” o “Honey from a Knife”, justifican el manido calificativo de abrasivas.

En definitiva nos hayamos ante un disco que no recupera nada, sino que demuestra que en la actualidad se puede hacer hard rock sin caer del todo en los tics del género. Solo hay que tener un sondo propio y juntar un puñado de buenas canciones. Las suficientes para decir que este “Choice Of Weapon” está siendo reconocido por buena parte de la crítica como el mejor disco de la banda inglesa desde “Sonic Temple” y es totalmente cierto. Incluso canciones más básicas como ese power-blues que una vez más rememora a los LedZep titulado “A Pale Horse”, o baladas de sonido clásico como “Life > Death” dan el pego pese a sus carencias. A disfrutarlo y sin complejos.