En la redacción de Mondo se meten conmigo (chaquetero me llaman, los muy jodios) porque he tardado tres discos en aceptar a Joe Crepúsculo, no cómo animal de compañía, sino como artista a tener muy pero que muy en cuenta. Y he escrito artista con toda la intención del mundo, pues la palabra músico se le resiste a mi teclado.
Joe Crepúsculo es una de esas “rara avis” que de tan rara se lo perdonas todo porque lo único realmente imperdonable es que alguién quisiera imitarlo. A ese sí que le deberíamos correr a gorrazos, pero a Joe no. A él le debemos perdonar que cante como el culo porque su gracia o si prefieres, estilo, reside en eso. Bueno en eso y en esos tecladillos de comparsa, esos ritmos de “sinte” guarro. Pero ahora también, en "Chill Out", y a diferencia de lo hecho hasta el momento, en unos apañaicos arreglos de vientos, pianos, guitarras españolas con los que se lanza en su particular perversión de la música hispana. Esta va de la canción ligera (“Canción del adios”) a la copla (“Todo lo bello es gratis”) pasando por la balada arrabalera (“Toda esa energía”) o el típico “rompepistas” (“Ritmo mágico”).
Pero ojo, no nos quedemos sólo con la coña, la sorna y lo presumiblemente gracioso de este asunto. Si excavas más que rascas, te das de bruces con unas letras con una carga emotiva muy bestia. Tan bestia que es su mayor y mejor virtud y lo que en el fondo provoca que, los que como yo, no le habíamos dado una oportunidad al personaje, se nos hubiera escapado lo vital del asunto. Tan vital que me imagino la cara de un guiri al escucharlo y me parto sólo de pensarlo.
Pero ya que estamos, dejadme que aproveche para añadir que debo reconocer que en "Chill Out", intenta que las canciones sean musicalmente más accesibles, trotonas y luminosas. Manejando la melodía con una ausencia total de prejuicios y una libertad tan grande que incluso un tema tan patillero como “Diriri Diririra” funciona porque resultaria imposible en cualquier otra circunstancia. Al igual que ese himno “tocado con tres dedos” que es “Momentos bestias”. Impagable. Yo ya lo he colocado junto a Albert Pla y Astrud en mi particular pedestal ¿Harás tú lo mismo? Corre, no vaya a ser que te acusen de veleta.
Bienvenido a la fiel masa devota del gran Joe. Si ya lo decía él mismo: esto si suena brillante...