La primera quincena de octubre está siendo más que productiva. Los primeros días del mes ya han dejado discos grandiosos que optan a estar presentes muchas listas de lo mejor de 2024 como son los de Blood Incantation, Geordie Greep, Biznaga, Godspeed You! Black Emperor, The Smile, Touché Amoré, Camellos, Oranssi Pazuzu, Envy o este segundo fascículo de larga duración en la historia de Chat Pile titulado “Cool World”, que sale vía The Flenser y entrega diez nuevas pistas que reinciden en el noise rock y sludge en sus poco más de cuarenta minutos.
El cuarteto de Oklahoma City compuesto por los casi cuarentones Randy “Raygun Busch” Heyer (voz), Griffin “Luther Manhole” Sansone (guitarra), Austin “Stin” Tackett (bajo) y Aaron “Cap'n Ron” Tackett (batería) apareció casi de la nada —sus integrantes tenían experiencia en bandas locales que no trascendieron— allá por 2019 con el EP “This Dungeon Earth”, relevado por el genial “God’s Country” (22) y una BSO, que ni fu ni fa, para la peli “Tenkiller” (22), donde el propio Raygun participó.
En “Cool World”, los americanos continúan su descenso a las profundidades densas del ruido emborrachando con un oscuro y mugriento cóctel de desesperación y violencia que vuelve a reinar junto a la monotonía e incomodidad opresiva alimentada de forma evidente tanto de Pere Ubu, The Jesus Lizard, Sonic Youth y Godflesh como de Melvins, Korn, Nirvana, Joy Division o Unwound, y que causa adicción.
Los primeros segundos de “I Am Dog Now” dan a entender que algo diferente y más calmoso está por venir, pero al poco rato llega un primer puñetazo en la boca del estómago que sigue doliendo en la a ratos gutural “Shame” (ese “in their parents arms, the kids were falling apart/broken tiny bodies holding tiny still hearts” provoca congoja), “Frownland” con sus bestias líneas de bajo y la sedienta de venganza “Funny Man”, que repara igual que “Shame” en las indefensas y pequeñas víctimas (niños) de los tiempos de guerra con un desprecio que empapa con atino el ambiente.
La agresividad y los quejidos de Raygun Busch en “Tape” y la caótica “The New World” dan por fin un momento de respiro con “Masc”, que trae una aspereza más llevadera que incluso saca a la superficie una cara más melódica donde se tontea con el shoegaze y el rock gótico sin abandonar esos graves de las cuatro cuerdas de Stin en primer plano recordando a Korn y Faith No More.
El intento de explorar otros caminos de “Masc” se queda también en la “grungera” “Milk Of Human Kidness”, con un Busch más vulnerable en la que es la pista más “calmada” de este LP que se cierra como un ataúd polvoriento con “No Way Out” y su discurso rudo y repetitivo en el que se pregona que no podemos escapar de este mundo patas arriba en el que las personas giran la cabeza a todo lo que se escapa de su ombligo, poniendo fin a esta experiencia sonora aturdidora.
“Cool World” es un reflejo de lo que hay ahí fuera, pero también un grito de desesperación hacia dentro exento color que representan la bajeza que el humano puede alcanzar en cuanto traspasa la puerta de su casa, o cuando se encierra en la indiferencia y en su mente deformada por la crueldad y las injusticias del mundo moderno capitalista e individualista.
El uso y abuso de las repeticiones de este ritual que podría sonar bajo una alcantarilla oxidada llena de ratas alimentadas de basura y lixiviados emociona y causa una congoja necesaria a pesar de su pesadez, la cual curiosamente favorece a la hora de meterse de lleno en esa espiral de ansiedad y dolor que conduce a un mantra fatalista y apocalíptico que, si bien no toma grandes riesgos ni da giros impresionantes, funciona tanto al grupo como a sus oyentes.
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