Frame

Si todos pudiésemos volver atrás en el tiempo, a los peores momentos del 2020, seguramente nos encontraríamos con versiones de nosotros mismos que ni siquiera llegaríamos a reconocer. Y justo eso es lo que ha logrado plasmar Charlie Cunningham en su nuevo trabajo, “Frame” (BMG, 23).

El británico ha dado forma a un disco de doce piezas en el que no ha dudado en incluir una multitud de temáticas, de ahí que encontremos composiciones que hablan de asuntos espirituales y haya otras que hablan incluso de la ansiedad por el cambio climático. Se trata de una lista de aquellos asuntos que más preocupaban al artista durante la pandemia, en esos instantes en los que pudimos frenar y pensar en todo.

Aunque sea una amalgama de temáticas, todas ellas tienen un elemento común, la melancolía. Un sentimiento con el que todos nos podemos sentir representados por la añoranza obligada que desarrollamos en el 2020 por aquellas cosas totalmente mundanas.

Lo cierto es que Charlie logra introducirnos totalmente en su universo musical e íntimo gracias a esa forma tan especial que tiene de tocar la guitarra, nacida de su inquietud por el flamenco y su experiencia con el pop más tradicional, y al piano que refuerza la mayoría de sus composiciones. Aunque, en términos de sonido, es mucho más tranquilo que sus dos anteriores trabajos, dándole sentido a ese punto más oscuro que contienen las letras.

Esa idea de oscuridad se percibe desde el principio, en la letra de “Shame I Know”, y poco a poco, va calando en el imaginario del artista a través de sus siguiente ocho canciones. Y justo cuando parece que se va a tratar de un disco quebradizo y doloroso aparece “End Of The Night” para mostrarnos que hay una luz al final del túnel, que después de la tormenta, siempre llega la calma. Aunque para concluir el LP escoge el tema homónimo al nombre del disco. Una especie de canción de cuna sobre aquellos amores que, aunque fueron intensos, no estaban destinados a perdurar. Una especie carta de despedida hacia todos ellos, con las sombras de todo lo que pudo ser y la luz de que por fin lo ha dejado ir.

“Frame” es el disco más introspectivo y pausado de toda la carrera de Cunningham. Algo que puede suponer una simple rara avis por el momento en el que fue concebido, o bien, una nueva vertiente del artista que ha llegado para quedarse. Solo el tiempo, y Charlie, nos dirán.