Al fin se edita en España "Charleur Humaine", el disco que trajo a las conciencias esa chica rara, esa francesa de porte masculino, movimientos “jacksonianos” y voz cautivadora. Héloïse Letissie, su verdadero nombre, ha debutado con un disco que trasciende el pop contemporáneo, ese pop de corte electrónico, detallista y de tiempos pausados del que sobran referencias y en el que ella encuentra el contrapunto. Atrás quedan las letras facilonas de bailes tontorrones y playas soleadas, la sensibilidad de Chirstine dota a sus composiciones de una trascendencia atípica en el pop. Su sensatez transgresora convierte temas como IT o Saint Claude en verdaderos himnos para la causa LGTB o la valentía diaria. Christine & the Queens siguen el camino del fin de las caras bonitas; ya no se llevan las tetas grandes, se llevan, y mucho, las mentes voluminosas y brillantes. Lo mismo ocurre con sus videoclips, en los que cuenta más la sencillez , la elegancia y una buena coreografía que un torso desnudo.
Sorprendente resulta escuchar cómo se saca de la chistera una delicada versión de "Paradis perdus" de Christophe, incrustándole el estribillo del "Heartless" de Kanye West. Increíblemente bellos los arreglos de Ugly-Pretty y Here y el coqueteo del francés con el inglés de otras tantas nanas pop, que se retuercen para recordarnos a Depeche Mode, o a la edad dorada de los 80, como en "Science Fiction". Es cierto que en algunos tramos pueda resultar algo monótono en la tranquilidad, para volver a tomar el pulso sin tardar demasiado, sin embargo esa monotonía no es tal si se presta la atención necesaria a los detalles y este disco está plagado, dentro de un universo de melodías dulces y retazos de chanson, con más ganas de arrullar que de bailar.
Así es Christine, hija estilística de Kindness y Lorde, deudora de la teatralidad de Bowie y Jackson y plagiada, tranquilamente, por Madonna.
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