El primero porque Eddie Glass (vocal y guitarrista), Mark Abeshire (bajista) y Ruben Romano (batería), ya habían completado en éste, y en sus anteriores trabajos, el catálogo de riffs más impactante que sus limitadas coordenadas estilísticas nos podían ofrecer. Y el segundo, porque cada día se nos hace más difícil acercarnos a un estilo que, tan sólo en contadas ocasiones, consigue sorprendernos de veras. Un estilo que en el caso de Nebula prescinde de las canciones para concentrarse en la actitud del sonido. En eso no le vamos a negar un nueve sobre diez. Saben recrear perfectamente ese heavy blues saturado, psicodélico y arrastrado que, aquí sí, podemos calificar de stoner sin temor a equivocarnos. Por eso, este es un disco para que sus fans enarbolen sus puños y melenas con el mismo orgullo con el que ellos explayan sus riffs.
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