Centauros

Igual que un buen libro engancha desde la primera frase, también un buen disco lo hace desde la primera canción, y eso sucede con Centauros, el tema homónimo encargado de abrir este álbum. Aunque no ha sido elegido como single, es probablemente uno de los más pegadizos del disco, con una melodía más previsible que en las otras nueve canciones que componen el nuevo trabajo de Miren Iza.

Alejada ya del sonido americana desde que publicó su anterior trabajo "La calma chicha" (Gran Derby, 2015), en este disco Tulsa sigue experimentando en busca de nuevos horizontes musicales y para ello ha decidido componer sin guitarra, solo con la ayuda del teclado. Lo que no ha cambiado son esas letras afiladas ya marca de la casa, siempre con un punto autobiográfico que se intuye sobre todo en temas como el que le dedica a "Bilbao" o a la "Canción" misma personificada en uno de esos amantes que hacen daño pero al que es imposible abandonar: “¿Qué más quieres de mí?, ¿que me pulverice por ti? Sabes mejor que yo que cuando haya acabado contigo nos hundiremos las dos”.

En la producción ha querido esta vez contar con más ayuda de la habitual, y aunque repite con Charlie Bautista, se ha apoyado también en Ángel Luján, con el que buscaba la ayuda de un productor externo que pudiera aportar una visión diferente. Algo que ha logrado con creces en temas tan hipnóticos como "Brancusi", una de las mejores canciones del álbum, con cambios de ritmo inesperados y nuevos registros vocales de Miren. Las canciones elegidas como single han sido "Atalaya" y "Venda vendita venda", donde queda más que patente esa producción mucho más elaborada que andaba buscando. Dos canciones que, como ella misma dice, “son una invitación a entrar en el disco”.

También ha rescatado para el álbum "Pequeñas embestidas", una canción interpretada a dúo con su amigo Abraham Boba. Otro de sus amigos, Alejandro Simón Partal, ha escrito el texto del libreto del disco en lo que es toda una oda al centauro, ese animal mitológico elegido por Miren Iza para darle el punto conceptual al disco. Un ser salvaje y pasional dominado gracias a la voz y el corazón de Tulsa.