Inusitada expectación la que se palpaba por poder escuchar los primeros frutos de una entente entre dos músicos de conocidas trayectorias. La guitarra de Álvaro Segovia, exmiembro de Atom Rhumba y colaborador de nombres como Abraham Boba, Nacho Vegas, Rubia, Smile…, se unía a la batería de Galder Creo, que ha dejado su impronta en nombres como Bilillo y Los Sullos o Adam Levy, entre otros. Formato pues de dúo para una música que se antojaba tan hiriente como excitante, vista y oída su participación en el ciclo Izar & Star bilbaíno, interpretando en directo un seleccionado repertorio de PJ Harvey.
Y una vez escuchada su carta de presentación, quedan confirmadas aquellas perspectivas hirientes, aquellos sopapos sónicos que se presumían de dos músicos que no gustan de andarse por las ramas. Son cinco pedazos de blues-rock alejados de la ortodoxia, distorsionados, eléctricos, arrastrados, manchados de riffs de extracción punk de cualquiera de las décadas que lo ha vivido y sufrido gustosamente. Se cuelan sonidos cercanos a unos Screaming Trees de la época Sweet Oblivion o a los primeros, más mastuerzos, poco académicos y mucho más inquietantes The Black Keys, pero un latigazo como “Demasiado”, con ese sabor a rodillo boogie o una joya de la contención más tensa como “La hora de la Violencia” hablan directamente de la propia personalidad del dúo. Que por cierto, en los últimos días parece haber ampliado formación y, suponemos por tanto, contundencia. Así que en nada extraña que se haya grabado en los Silver Studios de Martín Capsula, otro que bien sabe sacar la buena maldad de las seis cuerdas.
Tal vez sea música para un futuro distópico, pero lo esperaremos convertido en algo deseable y anhelado.
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