Escuchar el nuevo trabajo del escocés Paolo Nutini, es lo más parecido a presenciar una película de superhéroes que se me ocurre. Sabes perfectamente que el argumento es lo de menos, que tras pasarlo putas durante buena parte del metraje los buenos se acabarán imponiendo, repartiendo una buena dosis de mamporros y así, todos contentos y felices, regresaremos a casa con la vacuidad de haber visto lo de siempre, pero haber disfrutado como nunca.
Pues bien, acomódense, pillen su ración de palomitas y disfruten de un álbum tan inocuo como efectivo. Un disco que suena a los clásicos (De Curtis Mayfield a Prince pasando por su compatriota Rod Stewart por aquello del excepcional timbre roto de su voz) y que resulta lo suficentemente variado y eficaz para que no se te haga pesado en ningún momento.
Claro, que es precisamente lo liviano del asunto, lo que lo vuelve tan inofensivo. Todo muy apropiado para los tiempos que corren en los que, precisamente lo que funciona y triunfa, acostumbra a ser lo que se realiza sin ningún tipo de riesgo.
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