Lo primero que llama la atención de el proyecto Toro y Moi es que ha sido creado por un joven de veintitrés añitos, de nombre Chaz Bundick, estudiante de diseño de la Universidad de Columbia, y lo segundo es que desde el principio parece recordar en exceso a Panda Bear y a su grupo madre Animal Collective, aunque con la trascendencia que los neoyorquinos han conseguido parece imposible que cualquier cosa que aúne pop y electrónica en la actualidad no suene a ellos. Pero hay más, el disco debut de Toro y Moi es un alegre baile de psicodelia, lo-fi y electro-pop, un salvaje collage de estilos mezclado con mucho arte con bases diluidas de jazz y funk, una colección de influencias que van desde Air a Washed out, pasando por MGMT y que le aúpa desde ya a las altas esferas de esa escena freak tan emergente que es el chill wave. En conclusión, el álbum debut de este niño prodigio de lo cool es lo suficientemente bueno como para considerarlo casi un éxito, el típico disco que puede acabar entre las grandes sorpresas de la temporada o quedarse olvidado en el fondo del armario. El tiempo dirá.
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