Caught In The Trees

Damien Jurado ha publicado ya doce discos, un mérito, en la senda del indie-folk que surgió de las cenizas del grunge en Seattle a mediados de los noventa y mantiene ese gusto por la aflicción, la poética pesimista y la sensibilidad decaída.

Damien Jurado ha publicado ya doce discos, un mérito, en la senda del indie-folk que surgió de las cenizas del grunge en Seattle a mediados de los noventa y mantiene ese gusto por la aflicción, la poética pesimista y la sensibilidad decaída. Vasos conductores que quedan rotos en “Gilliam Was A Horse”, un hit surrealista de estribillo luminoso con final retorcido y trote de carretera aportado por la personal dicción de Jurado. Después retoma el camino por los bosques del indie-folk contenido, talados ya hace tiempo, pero sin olvidar dejar algún detalle de producción sensible. Son un ejemplo de ello el tratamiento de los platillos en “Sheets” o la bola generadora de percusión en “Caskets”. “Caught In The Trees” siembra un sutil desconsuelo pero a la vez es un disco melódicamente esperanzado que enlaza con ese poso de tristeza que brota de uno cuando quiere salir de un agujero y no sabe cómo hacerlo y piensa que, si empieza a cantar, alguien le oirá y vendrá a salvarlo con lágrimas en los ojos. Esa canción sería “Paper Kite”, en la que Jurado dispara su registro vocal más cálido, junto a una inteligente melodía y un estribillo que clama a la luz.