Es escuchar los primeros acordes de “Dreams-Come-True-Girl”, primer corte de “Catacombs”, y saber al instante que la cosa va a ser grande. Y lo es. Si, Cass Mccombs, después de tres discos de pop bonito y torturado a la vez que rozaban la perfección, por fin llega a la excelencia más absoluta con su nueva entrega, uno de esos trabajos que consiguen parar el mundo cada vez que lo escuchas. Lo sé, suena cursi pero es la verdad. Y es que esa hermosísima tonada que abre el álbum con aires a lo Buddy Holly e invitada de lujo a las voces (la actriz norteamericana Karen Black) ya deja bien a las claras por dónde irán los tiros: pop preciosista y emocionante a rabiar teñido de una romanticona e inquietante melancolía. Algo, esto último, que aun hace más especial a este slacker que vive como Dios en la retaguardia del indie estadounidense, en esas catacumbas que dan nombre al disco. Lo que sigue tras “Dreams-Come-True-Girl” son diez cortes más inspiradísimos a lo largo de los que absolutamente todo es posible. Sirva de ejemplo “You Saved My Life”, una canción más grande que la vida capaz de aunar la herencia de Felt con el country del Gram Parsons más pausado.
Otra obra maestra del pop para el critico que mas burras vende del mundo.Esta vez por lo menos se trata de un buen disco pop con aires a country-folk clasico,sin rastro del pop facilon tan del gusto del critico.No es Sufjan Stevens ni el ultimo de josh ritter, pero tiene un aire oscuro muy bueno.