Me Doy Cuenta
DiscosCasero

Me Doy Cuenta

8 / 10
Salomé Lagares — 07-12-2022
Empresa — Primavera Labels
Género — Indie pop

Aunque tengamos la sensación de existir en un mundo radicalmente distinto —lo cual es, en parte, cierto—, ha pasado poco más de un lustro desde que “bedroom pop” se convirtiera en la etiqueta du jour con la que catalogar a cualquier artista emergente. Hijo bastardo del cálido desenfoque sonoro del lo-fi y no tanto del ethos rupturista como del autodidactismo imperativo del DIY, el sello bedroom pop actualizaba estas categorías a un contexto digital y buscaba representar a la generación de músicos que escribían, producían, grababan y mezclaban —e incluso, muchas veces, realizaban photoshoots y rodaban videoclips— en la santidad de sus habitaciones. El término fue estetizado y desacralizado rápidamente, y pasó a entenderse como un conveniente tagline vacuo con el que reconocer a cualquier artista joven que se escapara ligeramente de otras definiciones. Desde la digresión al folk-pop melódico de Clairo al salto a un fresquísimo alt-rock de beabadoobee, aquellos que capitanearon el “género”, ya fuera orgullosa o incidentalmente, han intentado vehementemente deshacerse de la marca, conscientes de su descenso a la nimiedad.

La madrileña Gabriela Casero, que tras formar parte de Solo Astra y publicar música bajo el nombre de Mow se aventuró a arrancar otro proyecto en solitario simplemente como Casero, es una de las muchas promesas nacionales que fueron arrastradas bajo el maremoto del “bedroom pop”, a pesar de confesar en una entrevista con Radio Primavera Sound que “no entiendo muy bien lo que es, la verdad”. En su caso, la escisión de este microcosmos se concreta en “Me Doy Cuenta”, un segundo largo producido de la mano de Bearoid que mantiene la perceptiva e intimista sensibilidad y la agudeza para las melodías que nos descubrió en su debut, Todo Mal, pero reescritas en una sublime y fulgurante caligrafía electrónica.

A través de las once pistas, Casero pasea entre espurreantes cajas de ritmos, hi-hats titilantes, breves ráfagas de sintetizadores y segundas voces distorsionadas mientras nos explica sus idas y venidas amorosas. Es una visión de la cantautora más nítida, más pulcra; no solo porque introduce un refinamiento de sus texturas sonoras, sino porque sus letras, todavía de tono confesional, simple y directo, disuelven todos los peyorativos de lo naif y retienen aquello que hace esta corriente expresiva interesante: la candidez, la universalidad de lo sencillo, la belleza exaltada de lo cotidiano. Ejemplo de este abrillantamiento lírico es “Yo Me Quedo Aquí”, compuesta junto a otra princesa de la ingenuidad sofisticada como es Amaia —su huella es palpable hasta en la cadencia de los versos— y recipiente de una de las estrofas más remarcables del proyecto: “Tengo amigos que me animan / a pasar de ti / dicen que te encanta la atención / pues igual que a mí”.

La calidez en “Me Doy Cuenta” también emana de la suave voz de Casero, de sus tenues harmonías y del protagonismo que continúa teniendo la guitarra en la producción: unos acordes distantes abren “Llego Contenta” y sirven de base para la etérea “Una Vez”, y son guitarras, eléctrica y acústica, respectivamente, las que soportan el peso de la divagación indie “Qué Has Hecho” y la mordaz pista que cierra el álbum, “Esa Situación”, donde Casero sentencia: “No querer una novia / no tiene nada de malo / pero ser gilipollas / cuando decides hablarlo / sí está mal”.

“Me Doy Cuenta” nos permite bailar alrededor de la desesperación (solo hay que considerar los sintetizadores láser que oscilan bajo el estribillo de “Me Viene Bien”), pero principalmente confirma el talento para escribir desde la frustración y el desasosiego del que Casero ha hecho su emblema. Aun así, irónicamente, la clara estrella del álbum es la resplandeciente “A Mí”, una de las pocas veces en que la artista se permite hablar sinceramente desde la devoción, y quizá la vez en que lo hace de manera más perspicaz y conmovedora. “Te veo mirarme mientras todos hablan / yo sé que me escuchas solamente a mí”, revela en confianza el estribillo antes de estallar en un extático break de drum ’n’ bass. Es una observación consonante con el ya célebre monólogo de Greta Gerwig en “Frances Ha” (12), que apela a un romanticismo puro y sin complejidades y nos recuerda que las mejores cosas en la vida y el arte nunca son difíciles — algo de lo que es una prueba irrefutable “Me Doy Cuenta” y la música de Casero en general.

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