Estos últimos años han estado tan cargados de obstáculos que, en multitud de ocasiones, nos ha costado encontrar el camino a casa. Nos hemos visto completamente perdidos, bloqueados por el día a día, con un terrible síndrome del impostor y ciegos a la hora de identificar nuestra verdadera esencia. Aún así, todo esto ha hecho que nos demos cuenta de lo importante que es la esperanza, del gran peso que tiene indagar en uno mismo cuando no sepamos elegir la dirección y encontrar esa luz interior que haga que todo vuelva a la normalidad. Además, la distancia nos ha certificado nuestra necesidad de relacionarnos, cuidar de los nuestros y compartir. Pues bueno, todo esto está en “Reflection” en cierto modo. Un estupendo mini álbum que presenta Carla Serrat como inicio de un nuevo renacer. Una apertura de ojos enorme para conectar con su yo interior y una colección sonora de todo lo que es capaz de hacer.
“Reflection” desprende fragilidad y fuerza a partes iguales. Cada nuevo paso al frente que da sientes que, por un lado, algo puede romperse en cualquier momento. Pero, sin embargo, siempre hay un gran impulso que termina levantando todo y haciendo que siga hacia adelante. Mezclado y masterizado por Àlex Ferrer en The Groove Studio, con quién ya trabajó en “Kill A Feeling”, este nuevo álbum marca un gran cambio en el universo de la catalana. Con él se carga de una nueva paleta de colores con los que dibujar su futuro en la industria y refleja su entrega total a la escena electro sin prejuicios. Inicia el disco potenciando en “Mood”, junto a Noia, toda la influencia captada del hyperpop empujándola para jugar con ella y conectar así con su faceta más comercial. En “Undo/Remake (Reprise)” atrapa su lado más oscuro con una electrónica mucho más pesada que en el resto de temas y una vía más experimental. Y, aunque aún hay mucho que pulir, nos encanta sumergirnos en ocasiones en ese sonido plástico, naturalista, que alcanza en ciertos momentos a lo largo del álbum trasladándonos a través de los beats a paisajes artificiales por los que caminar y hasta respirar aire puro.
A grandes rasgos, en “Reflection” se intenta dar el mismo peso a la voz que a cualquier beat que pueda aparecer. Carla se funde y entrelaza con las canciones como si fuera un elemento más. Aunque, bien es cierto que en ocasiones sí que hay una decisión manifiesta de poner la parte vocal por encima para que sola se deslice de esa forma tan cálida y enseñadora como ha hecho siempre. Ejemplo de ello es esa “Desire” con la que explora su pasión por el mundo del r’n’b y expone su faceta más neo-soul. Aunque “Reflection” es un disco de raíces introspectivas, de maquetas a piano y voz; el resultado final ha sido crear un proyecto para vivir y disfrutar en comunidad. En especial con esos músicos que le acompañan como banda (Toni Serrat y Joan Solana) y que siente que forman parte de Carla tanto como ella. De ahí que salga también esa lista de colaboraciones maravillosas que tiene como la de Noia, que habíamos citado antes, o la aparición de Begun para realizar el remix de “All I Want Is Here”.
“Reflection” supone un verdadero esquema sobre todos los puntos que Carla puede trabajar de cara al futuro. Se trata de un breve análisis de la esencia de la artista en el presente y una carta de amor a esa reconexión con su universo más creativo. Carla Serrat ha dejado que todo vuele de una forma muy libre en este proyecto. Ha decidido iniciar un viaje sin rumbo fijo para enriquecerse, conocer nuevos destinos, escuchar a los demás y aprender de todos ellos. Tras todo esto, solo le queda volver a su hogar para mirarse frente al espejo y decidir quién quiere ser. La respuesta en su próximo disco.
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