Phantasmaville
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Phantasmaville

8 / 10
Kepa Arbizu — 25-10-2021
Empresa — Silver Recordings
Género — Rock

El factor fantasmagórico o espectral siempre ha atravesado, de una manera u otra y presentado bajo la forma que la ocasión lo requiriese, la espina dorsal estilísitica de Capsula. Por eso no es de extrañar que estos tiempos actuales de indefinición, desoladores y despojados de alma hayan sido un caladero idóneo del que obtener sensaciones para su nuevo disco, “Phantasmaville”. Rehuyendo por completo de cualquier acercamiento superficial o predecible a la situación global con la que hemos sido golpeados, el trío vasco-argentino, completado en su binomio creacional (Coni y Martín) por primera vez en disco con la batería de Álvaro Olaetxea, una vez más hace demostración de su capacidad para trasladar la realidad que nos rodea hacia su propio y excitante escenario, uno que difícilmente tiene oposición entre las diferentes propuestas que ocupan el mapa roquero en nuestras fronteras.

Arropados una vez más entorno a su propio estudio de grabación, Silver Recordings, ahora también nombre de su sello, la actual configuración del grupo reafirma y ensalza unas facultades que les pueden llevar a convertirse en arrolladoras maquinarias de despedir energía o destilar la suficiente delicadeza como para mostrarse insinuantes. Consecuencia de lo que no es otra cosa sino el resultado de agitar un manojo de ingredientes, a estas alturas absolutamente reconocibles y dignos de admirar, entre los que aparecen referencias al glam, el garage o el post punk, que derivan en un trabajo con la suficiente entidad propia como para integrarse con naturalidad en la idiosincrasia de la banda y a la vez no descuidar expandirse hacia nuevos recovecos llamados a ser descubiertos.

Si siempre resulta recomendable en un disco de rock, y sin duda esto lo es y de muchos octanos, comenzar enseñando las fauces con las que atrapar y no soltar al recién llegado oyente, “Phantasmville” cumple con arrebatadora exactitud esa norma. La triada que sirve de apertura al trabajo, que a su vez nos sumerge en ese universo de ensoñación pero en el que irremediablemente se intuyen las huellas depositadas por la realidad, se desenvuelve con reseñable impetuosidad, empezando por una “Behind the Trees” que alterna el sombrío paso rítmico hardrockero con la nebulosa rabia post punk y que obtendrá continuidad en una rocosa “You Won’t Believe It” o en la desbocada “The Möbius Strip”, que alentada por un desbocado saxofón se asienta sobre una adictiva melodía. Agijonazos sonoras que seguirán reproduciéndose ya sea sobre riffs de origen bluesero para dar rienda suelta a un “(Don’t Be Afraid and Play) Rock ‘n’ Roll” con marchamo de himno apoteósico o acercándose con siniestra intensidad bajo los ecos del surf-rock en “All My Friends”, rastros de playa que permanecerán en la más sugerente ”El camino de la plata”.

Si hay un sustrato musical que se adecúa, tanto a cierto espíritu que engloba el trío como al concepto que maneja este álbum en concreto, es el de la psicodelia, tono que por sus características encuentra un natural entendimiento con muchos de los textos aquí contenidos. De esa manera, el rastro dejado por tal género se expandirá en diversas direcciones, siendo quizás las más llamativas aquellas que parecen adoptadas directamente del San Francisco de las décadas de los sesenta y setenta, y que expresadas con elegante pulcritud emergen en brazos de la embriagadora “Into the Sun” o en la tribal y chamánica “I Don’t Mind”. Un halo cautivador que alargará su influjo incluso más allá de restricciones geográficas para conectar con ambientes latinos en “Ciudad fantasma” o finiquitar ese recorrido espiritual con el hipnótico colofón de “Esferas”.

Muchos han sido los momentos que en esta época reciente nos hemos sentido almas errantes en ciudades fantasmas, tanto es así que ni el tiempo ni el propia transcurso vital parecía regido por norma alguna más allá del abatimiento y la monotonía. Todo ese conglomerado de emociones ha llevado a Capsula a observar desde su propio planeta -uno más vinculado al suelo que pisamos de lo que pudiera parecer- los rescoldos dejados por esos desconcertantes hechos. Algunos seguirán empeñados en decir que estamos hablando “solo” de rock and roll, pero en realidad discos como “Phantasmaville” son el reflejo de que el caos y los ritmos desenfrenados nacidos de la electricidad pueden ser a la vez el veraz diagnóstico de un tiempo convulso y uno de los pocos asideros desde los que poder hacerle frente al mismo.

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