Bestiarium
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Bestiarium

8 / 10
Kepa Arbizu — 16-04-2019
Empresa — Gaztelupeko Hotsak
Género — Rock

Si hubiera que arrogarse el papel de Dr. Frankenstein para con diferentes retazos confeccionar la estructura de un ser musical perfecto, no sería extraño que el resultado obtenido de tal experimento coincidiera con la imagen de Capsula. El trío vasco-argentino aglutina varios de esos elementos que se antojan primordiales en la perfecta configuración de una banda: desde la construcción, a base de una paleta diversa de influencias, de una identidad sonora totalmente identificativa y excitante, al empeño por, manteniendo ese perfil reconocible, ofrecer en cada trabajo un sabor distintivo, por no hablar de una vocación incendiaria en cada asalto al escenario. Un conglomerado dirigido en este caso por un cerebro de dos cabezas personificado en los nombres de Martín Guevara y Coni Duchess.

No tendría mucho sentido después de todo lo apuntado hasta ahora despachar el nuevo disco de la formación arguyendo que se trata de uno más dentro de su carrera y que no defraudará a sus seguidores. Si a lo largo de sus publicaciones pocas veces se ha podido ser tan poco entusiasta, mucho menos se debe serlo con este "Bestiarium", un álbum de profusa calidad que además se envuelve en un concepto global de lo más atractivo. Tal y como desvela el mismo título, esa base argumental gira alrededor del glosario de monstruos y leyendas mitológicas, una ristra de seres e historias que ni mucho menos se detiene en la mera recreación anecdótica, convirtiéndose en el mucho más interesante reflejo atemporal de los temores que siempre han acompañado al ser humano y los que no pocas veces han sido, y son, usados con carácter coercitivo.

Ese puzzle temático no podría encontrar una mejor escolta que el sonido de este trío, que teniendo a los Stooges o al Bowie mas insinuante siempre presente en su ideario, igual que el manejo de componentes garageros, aquí decoran esa mirada fantasmagórica y cruda eligiendo tesituras más góticas, lo que hace prevalecer el rastro de grupos como Bauhaus, Killing Joke o The Fall. Así , “Biform” se pone en cabeza de un álbum sonando a post punk con caparazón psicodélico y movido por unas guitarras que percuten con estridencia. Energética pócima que se desarrolla igualmente entre los ritmos de ascendencia arabesca de “Siren’s Lips” -repetidos en la igualmente contundente “Dry Your Mind”- que asumen esa crudeza para aportar un enigmático dibujo, o montándose sobre un crepuscular rock and roll en “Red Moon Falls”. Inmersos en esos parámetros, la excelente versión, ejercitada bajo un trato fiel , que afrontan de “Russian Roulette”, original de The Lords of the New Church, encaja de forma natural y lógica en el repertorio. Y para disipar las dudas sobre si el turbio entorno seleccionado pudiera opacar algo su faceta más salvaje, “Sphinx” se propulsa como un trallazo punk de asombrosa pegada.

Se podría considerar que por el contrario hay un tipo de canciones que desprenden la intención de querer emerger de esa agresividad dominante, aunque sin ánimo alguno de abandonar el penetrante ambiente impuesto en el conjunto. Por lo tanto, se trata de aplicar simplemente una relativa desaceleración de las revoluciones y prestar mayor atención a otro tipo de connotaciones encauzadas hacia una presencia más insinuante, como sucede en la somnolienta “Cry With You”, con la altiva quietud de “Dead Summer” o la fantasiosa “Around”. Piezas menos afiladas pero que perpetúan y agrandan un leitmotiv global nutrido de viejas fábulas llamadas a ser el reflejo de la atemporal y universal angustia existencial, alimento de este sobresaliente artefacto: diabólico en sus formas, excitante en su ejecución y reflexivo en su alcance.

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